Alberto Fernández participará de una cumbre virtual del G20 para coordinar la lucha global contra el coronavirus

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FILE PHOTO: U.S. President Donald Trump speaks with Saudi Arabia's Crown Prince Mohammed bin Salman during a photo session with other leaders and attendees at the G20 leaders summit in Osaka, Japan, June 28, 2019. REUTERS/Kevin Lamarque/File Photo

Por primera vez en la historia del G20, se hará una cumbre virtual de jefes de Estado para analizar medidas de coordinación global destinadas a enfrentar las consecuencias sociales, económicas y políticas que está provocando la pandemia del coronavirus. Arabia Saudita es organizador del G20 y su intención es que todos los estados miembros participen de una reunión extraordinaria que se realizará vía internet desde Ryad al mundo. Si se coordinan las agendas de los 20 líderes globales, más los países invitados y los organismos multilaterales, la cumbre virtual se haría a mediados de la semana próxima.

Antes de la crisis financiera del 2008, el G20 sólo reunía a los ministros de Finanzas de los estados miembros, y la situación global era analizada por los países más poderosos en la cumbre del G7. Con la estampida de las hipotecas tóxicas, se resolvió subir el nivel político del G20 y utilizar este foro para atender la asuntos más importantes de la agenda mundial.

Desde ese momento, el G20 se hizo cargo de los temas geopolíticos -y aunque sus últimas declaraciones finales son pura declamación diplomática-, una reunión de líderes mundiales para tratar la pandemia es un acontecimiento casi obvio cuando se observa la cantidad creciente de muertes y contagiados en la mayoría de los continentes.

La organización del G20 implica un país a cargo de la cumbre -Arabia Saudita, en este caso-, y dos países que integran la denominada troika. Junto a Arabia Saudita está Japón- que celebró el G20 de Osaka en 2019-, e Italia, que deberá convocar al G20 de 2021. Estos tres países -Arabia Saudita, Japón e Italia- son la actual troika del G20, y los tres por unanimidad decidieron proponer a los estados miembros una cumbre virtual para analizar las consecuencias de la pandemia del coronavirus.

Jorge Argüello, actual embajador en Washington y sherpa de la Argentina en el G20 de Arabia Saudita, informó a Alberto Fernández y al canciller Felipe Solá sobre la posibilidad de un encuentro virtual de jefes de estado para acordar medidas de coordinación en todo el mundo. “Que cuenten conmigo”, le contestó el presidente a Argüello.

Los sherpas de Arabia Saudita, Japón e Italia, avalados por sus respectivos gobiernos, comenzaron a redactar un borrador de declaración final que será enviado a los miembros del foro multilateral para que que incluyan sus propuestas vinculadas a sus propias realidades de salud pública e impacto económico y social. Cuando los comentarios de los 20 integrantes lleguen a Ryad, Tokio y Roma, se hará una revisión final del texto y se remitirá a los jefes de estado de la cumbre global para su aprobación definitiva.

El borrador del Comuniqué -así se llama en la jerga diplomática el comunicado final- hace hincapié en la decisión política de coordinar la investigación científica para descubrir un antídoto para el coronavirus, la cooperación entre los estados para preservar la salud de los nacionales que quedaron varados en terceros países y la necesidad de establecer una conjunto de medidas económicas y financieras para que el sistema capitalista no se desplome, entre otras medidas.

Emmanuel Macron, presidente de Francia, Angela Merkel, canciller alemana, y el líder chino Xi Jinping, tres protagonistas clave del sistema mundial de decisión política.

En el 2008, en medio de la crisis financiera global, los estados miembros del G20 decidieron sanear sus sistemas financieros y acordaron que China sería el motor de la economía mundial. Con subas y bajas, conflictos regionales y ciertas crisis en países emergentes, esta estrategia geopolítica funcionó. Pekín multiplicó su poder, Washington cedió posiciones y Europa pudo mantenerse en pie. Hubo asimetrías y mayor multipolaridad, pero el sistema sobrevivió a la voracidad de las hipotecas tóxicas de los Estados Unidos.

La Crisis del Coronavirus es diferente porque ya no se trata de la avaricia de Wall Street, sino de una plaga que azota por igual en Occidente y Oriente, aún no tiene cura y mata por igual a ricos y pobres. No obstante, la troika del G20 considera la misma lógica que se aplicó en la caída del 2008: un acuerdo global que coloque -nuevamente- a China al frente de las palancas económicas de un sistema mundial que ya está colapsado.

Si la pandemia y la burocracia no hacen su faena, el lunes habrá una reunión virtual de los sherpas para preparar la cumbre que se haría -en principio- el miércoles a la mañana (hora de la Argentina). Ese día, por primera vez en la historia del G20, veinte líderes mundiales (entre ellos Alberto Fernández), jefes de estado especialmente invitados, y representantes de organismos multilaterales (FMI, BM, ONU), debatirán un programa de emergencia para evitar que el Coronavirus transforme al mundo en una tragedia sin fin.

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