La pandemia y la cuarentena hace que las posibilidades de programar sean, como mínimo, complicadas. Desde las vacaciones hasta las posibilidades de aprobar una ley. Todo es día a día entre apertura y cierres y lo mismo sucede en la actividad parlamentaria.
El confinamiento estricto de 9 días que dispuso el Presidente de la Nación hizo que se retrasaran los plazos que los dirigentes del Frente de Todos, en especial del cristinismo, tenían en mente para poder llevar al recinto de la Cámara de Diputados el proyecto de ley para modificar el Ministerio Público Fiscal. Más precisamente, el interés por avanzar con la modificación del proceso de elección del jefe de los fiscales.
El impass puede servir también para lograr encolumnar un poco la discusión interna entre los diferentes sectores que conforman el Frente de Todos. La Casa Rosada sigue insistiendo con la postulación de Daniel Rafecas, lo dijo este fin de semana el presidente Alberto Fernández en la CNN al asegurar “yo ya mandé un nombre y mantengo ese nombre”.
El Presidente dijo que en el programa de María O´Donnell y Ernesto Tenembaum que no cambiará el postulante y que hasta ahora no se habían llamado a las audiencias para convalidad el pliego de Daniel Rafecas porque “nadie inicia su propia derrota. Hoy Juntos por el Cambio dice que apoya porque avanza la ley para nombrarlo con la mitad más uno, pero si nosotros llamábamos a las audiencias nos encaminábamos a una derrota porque no teníamos los dos tercios”.
Es cierto, hasta la semana pasada desde Juntos por el Cambio no se apoyó al candidato pero ahora el interbloque opositor anunció que le dará el visto bueno al pliego que envió el Ejecutivo y le pide al oficialismo en el Senado -Cristina Kirchner- que ponga en tratamiento el nombramiento de Rafecas. Con esto buscan poner al kirchnerismo “entre la espada y la pared” y que se avance con el candidato de la Casa Rosada.
Pero en kirchnerismo están decididos a avanzar en los cambios en la ley del Ministerio Público Fiscal que ya cuenta con media sanción del Senado y despacho de mayoría de las comisiones, lo que deja al proyecto con los pasos necesarios cumplidos para que sea debatido en la Cámara Baja. Sin embargo, el problema son los números.
El Frente de Todos en la Cámara de Diputados cuenta con 119 legisladores pero 117 votos por la licencia de José de Mendiguren que se fue como presidente del BICE y que el presidente de la Cámara Sergio Massa sólo vota en caso de desempate. Esto hace que necesite sumar 12 diputados para conformar el quórum y sancionar la iniciativa.
Hasta ahora logró sumar cinco de los seis votos que del interbloque de Unidad Federal para el Desarrollo, que conduce el diputado mendocino José Luis Ramón. Pero aún no le alcanza.
Y en lo que se refiere al resto de los bloques sumó negativas. Los once miembros del Interbloque Federal integrado por Consenso Federal, Bloque Justicialista, Socialista, Progresistas, y Córdoba Federal ya anunciaron que no apoyaran la norma. Lo mismo que los dos legisladores de la izquierda, quienes no solo adelantaron que no votarán el proyecto sino que tampoco prestarán quórum.
Hasta ahora, el kirchnerismo no cuenta con los votos y cada vez son más las voces en contra, por lo que buscará aprovechar este plazo para sumar voluntades o, en el peor de los casos, asegurarse ausencias.
En ese mismo período de tiempo, durante la primera quincena de junio, el Frente de Todos también buscará convertir en ley en la Cámara de Diputados el proyecto del Poder Ejecutivo de “Emergencia Covid”, que establece un marco normativo sobre parámetros de riesgo epidemiológico y sanitario para combatir el contagio de coronavirus en todo el país y que ya cuenta con la media sanción del Senado.
Con esta norma, la Casa Rosada se aseguraría no tener que recurrir a un DNU cada vez que quiera llevar adelante una medida de, por ejemplo, cuarentena más estricta.
En el caso de esta norma, primero deberá pasar por las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Acción Social y Salud Pública, Hernán Pérez Araujo (FdT), y Pablo Yedlin (FdT), y contemplará una o dos reuniones informativas y otra presencial para emitir dictamen.
Fuentes parlamentarias señalaron a la agencia estatal que como Juntos por el Cambio no va a aceptar que se trate el despacho en una reunión remota optaron por el mismo mecanismo utilizado en las sesiones, que es una mayoría presencial y el grupo de riesgo o legisladores que atraviesan alguna enfermedad, en forma virtual.