El Niño, un fenómeno meteorológico que suprime la actividad de los huracanes en el Atlántico, se vio contrarrestado este año por unas aguas oceánicas muy calientes. Las aguas cálidas alimentan tormentas más enérgicas al poner más vapor en el aire, lo que puede producir precipitaciones más intensas.
La temporada de tormentas en el Atlántico comenzó el 1° de junio y se prolongará hasta el 30 de noviembre. Cabe mencionar que las elevadas perspectivas del CSU están muy por encima de las de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, que prevé una temporada casi normal con entre 12 y 17 tormentas con nombre, de cinco a nueve huracanes y de uno a cuatro huracanes de gran intensidad.
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