Un terremoto de 4,3 grados se produjo este sábado en el centro de Italia. El Centro Sismológico Europeo Mediterráneo informó que el epicentro se ubicó a 26 kilómetros al noroeste de la ciudad de Ascoli Piceno y a una profundidad de 10 kilómetros.
Las autoridades confirmaron que no se han registrado víctimas ni daños materiales hasta el momento.
Este temblor se produce después de que el 24 de agosto un sismo de magnitud 6,2 seguido por varias réplicas dejara 295 muertos en el centro del país.
Ese movimiento, que se produjo a 10 kilómetros de la ciudad de Norcia, en la provincia de Perugia, destruyó la localidad de Amatrice y se sintió fuertemente en Roma.
Los sobrevivientes del sismo de agosto se rebelaron indignados el lunes pasado al plan del Gobierno de celebrar un funeral de Estado por sus seres queridos en un hangar de aeropuerto en una distante ciudad, donde decenas de cuerpos se mantienen en camiones refrigerados, mientras los familiares siguen el acto a través de unas pantallas cerca de su campamento de emergencia.
«¡Devuélvannos a nuestros muertos!», exclamó un hombre entre una multitud de docenas de sobrevivientes.
Percibiendo un desastre de relaciones públicas, el Gobierno del primer ministro italiano, Matteo Renzi, cambió sus planes con rapidez e indicó que el último funeral de Estado se celebrará el martes en Amatrice, devastada ciudad de los Apeninos.
En 2009, un sismo de 6,3 grados sentido también en mitad de la noche en el centro del país provocó más de 300 muertos en la región de L’Aquila.
En 1997 otro terremoto había afectado las regiones de Marcas y Umbría, causando 11 muertos, cientos de heridos y daños a los muchos edificios históricos de la zona, entre ellos la basílica de Asís.