Alertan que el uso de antibióticos en la producción ganadera amenaza la salud humana

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La Semana Mundial de la Concientización sobre la Resistencia a los Antimicrobianos subraya la urgencia de abordar el uso de antibióticos en la ganadería para evitar una crisis de salud pública. (Foto: TN)

Durante la Semana Mundial de la Concientización sobre la Resistencia Antimicrobiana (RAM), referentes de la ciencia, la salud y la agroindustria expresaron un mensaje claro y urgente: afirman que el uso de antibióticos promotores del crecimiento (APC) en la producción animal debe ser reemplazado por prácticas más sostenibles.

El problema central radica en que más del 70% de los antibióticos consumidos a nivel mundial se destinan a la producción animal.

Este uso indiscriminado de antibióticos generó un aumento alarmante en la resistencia antimicrobiana, lo que podría tener “consecuencias devastadoras para la humanidad”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), si no se toman medidas drásticas, la RAM podría causar 10 millones de muertes anuales para 2050, una cifra que superaría a las muertes provocadas por el cáncer, las enfermedades cardíacas y otras causas crónicas.

La OMS también identificó que las infecciones resistentes a los antibióticos son una de las principales amenazas para la salud pública en todo el mundo, destacó la necesidad urgente de reducir el uso de estos medicamentos en la ganadería.

El uso indiscriminado de antibióticos para acelerar el crecimiento animal disparó la resistencia antimicrobiana, con "posibles consecuencias devastadoras para la humanidad". (Foto: SENASA).
El uso indiscriminado de antibióticos para acelerar el crecimiento animal disparó la resistencia antimicrobiana, con «posibles consecuencias devastadoras para la humanidad». (Foto: SENASA).

El 60% de las enfermedades infecciosas emergentes de las últimas tres décadas provienen de los animales

La Mesa Argentina de Carne Sustentable (MACS) puso en evidencia el impacto directo de estas prácticas en el ámbito de la producción animal.

Según el comunicado, aproximadamente el 60% de las enfermedades infecciosas emergentes registradas en las últimas tres décadas provienen de los animales, ya sean salvajes o domésticos.

Un dato alarmante que subraya la conexión estrecha entre la salud animal y la salud humana.

El uso de antibióticos para promover el crecimiento de los animales no solo es ineficaz en el largo plazo, sino que también contribuye a la propagación de microorganismos resistentes que pueden trasladarse a los seres humanos a través del consumo de carne o la contaminación ambiental.

En las últimas tres décadas, más de 30 nuevos patógenos humanos fueron detectados, y el 75% de estos tienen su origen en los animales. Esta realidad obliga a repensar las estrategias de producción y a buscar alternativas que respeten los principios de sostenibilidad, señalaron.

La MACS y diversas organizaciones científicas están haciendo un llamado a los gobiernos y a la industria agropecuaria para que implementen políticas que eliminen los antibióticos promotores del crecimiento en la producción animal.

En su lugar, se deben fomentar prácticas basadas en la salud integral del animal, mejorando las condiciones de bienestar y reduciendo la dependencia de tratamientos antibióticos innecesarios.

El informe de la Mesa Argentina de Carne Sustentable (MACS) destacó que cerca del 60% de las enfermedades infecciosas emergentes en las últimas tres décadas provienen de animales. (Foto: SENASA).
El informe de la Mesa Argentina de Carne Sustentable (MACS) destacó que cerca del 60% de las enfermedades infecciosas emergentes en las últimas tres décadas provienen de animales. (Foto: SENASA).

La situación de los antimicrobianos en la Argentina

En Argentina, uno de los principales productores de carne a nivel mundial, la industria ganadera se enfrenta a un desafío clave: cómo garantizar la competitividad del sector sin comprometer la salud pública global.

Según los expertos, la adopción de tecnologías más limpias y la mejora en las prácticas de manejo animal son pasos fundamentales para mitigar los riesgos asociados a la resistencia antimicrobiana.

El impacto de la resistencia a los antimicrobianos es sin dudas una crisis silenciosa, destacaron.

Sin embargo, su alcance es tan vasto y profundo que se hace imprescindible una respuesta coordinada que involucre a todos los actores del sector agropecuario, la salud pública y la comunidad científica.

La eliminación de los APC podría ser uno de los primeros pasos hacia una producción animal más sostenible y responsable, con beneficios tanto para la salud humana como para el futuro del planeta.

“La resistencia a los antimicrobianos se ha convertido en una de las mayores amenazas para la salud pública a nivel mundial. Esta problemática surge cuando las bacterias, virus, hongos y parásitos evolucionan y desarrollan mecanismos para resistir los efectos de los medicamentos diseñados para eliminarlos. En consecuencia, infecciones que antes se trataban de manera efectiva con antimicrobianos comunes, como los antibióticos, se tornan difíciles de manejar, prolongando las enfermedades y aumentando el riesgo de complicaciones graves o incluso la muerte”, explicó Cecilia Ezcurra, jefe de Servicio de infectología, Epidemiología del Hospital Alemán, miembro de la Comisión de Uso Adecuado de Recursos de la Sociedad Argentina de Infectología.

“En el ámbito veterinario y agrícola, la utilización indiscriminada de antibióticos para promover el crecimiento de animales o prevenir infecciones también contribuye a la diseminación de bacterias resistentes. Combatir la resistencia a los antimicrobianos requiere de un enfoque integral y colaborativo, conocido como ´Una sola salud´, que aborda la salud humana, animal y ambiental de manera conjunta.”, agregó Ezcurra.

Es crucial que el sector agropecuario y los consumidores entiendan el impacto de la resistencia antimicrobiana, ya que es una oportunidad para adoptar prácticas más seguras y sostenibles, señalaron.

La producción de carne sin Antibióticos Promotores del Crecimiento (APC) es clave para el futuro de la industria y la salud pública global.. (Foto: SAGyP).
La producción de carne sin Antibióticos Promotores del Crecimiento (APC) es clave para el futuro de la industria y la salud pública global.. (Foto: SAGyP).

Adoptar modelos de producción animal sin APC “es una necesidad urgente”

La producción de carne libre de APC es esencial para el futuro de nuestra industria y la salud pública global. Hoy, más que nunca, tenemos la oportunidad de adoptar un modelo sostenible en la producción de nuestra carne en mercados locales e internacionales”, señaló el médico veterinario Leopoldo Estol, diplomado en Salud Pública, director ejecutivo de la MACS (Mesa Argentina de Carne Sustentable).

“El mal uso, el abuso y el sobre uso de agentes ATMs en medicina veterinaria (como pobre adherencia a los tratamientos crónicos, uso como promotores de crecimiento, tratamientos ‘sabana’ profilácticos, uso errático del concepto de metafilaxis, utilización en enfermedades virales, etcétera), y medicina humana son conductores que llevan al desarrollo de RAM y que nos enfrenta a las puertas de la ‘era post antibiótica‘”, remarcó el doctor Sergio F. Sánchez Bruni, profesor titular de Farmacología, Investigador Principal de CONICET, representante de CONICET ante la Comisión Nacional contra la Resistencia Antimicrobiana (CoNaCRA).

El uso de antibióticos promotores del crecimiento (APC) en la ganadería es una práctica que generó preocupaciones tanto por sus efectos en la salud humana como en el medio ambiente.

Estos antibióticos contribuyen al desarrollo de bacterias resistentes, las cuales pueden transmitirse a los seres humanos a través de la cadena alimentaria, reduciendo la eficacia de los tratamientos médicos.

Además, su presencia en el suelo y el agua provoca una contaminación ambiental que altera los ecosistemas, creando un círculo vicioso de resistencia.

Frente a esta amenaza, la adopción de modelos de producción animal libres de APC emerge como una necesidad, no solo para preservar la salud pública, sino también para proteger el medio ambiente.

Escenario global de los antibióticos en la ganadería

A nivel global, varios países han dado pasos significativos para erradicar el uso de APC en la producción animal.

En Europa, países como Suecia, Dinamarca y los Países Bajos implementaron con éxito alternativas naturales, como probióticos, aceites esenciales y polifenoles, que mejoran la salud animal y la calidad de los productos sin comprometer la productividad.

En Estados Unidos, aunque los APC solo están permitidos bajo prescripción veterinaria, la tendencia global hacia la ganadería libre de antibióticos ganó fuerza, con mercados premium demandando productos más saludables y sostenibles.

Este cambio hacia prácticas responsables ofrece una oportunidad para la industria ganadera de acceder a mercados con estándares de calidad más altos, promoviendo un modelo productivo más ético y eficiente.

En el ámbito humano, la vacunación es clave para reducir la incidencia de infecciones y, por lo tanto, la necesidad de recurrir a antibióticos.

A nivel veterinario, la transición hacia una alimentación sin antibióticos promotores del crecimiento (APC) es esencial para frenar la propagación de bacterias resistentes, que no solo afectan la salud animal, sino que también amenazan la salud pública mundial.

Mejorar las prácticas de bioseguridad en las granjas y asegurar una adecuada higiene en la producción, junto con un manejo responsable del agua, son medidas necesarias para garantizar la eficacia de los antibióticos y proteger la sostenibilidad del medio ambiente.

La Semana Mundial de Concientización sobre la RAM 2024 subrayó la urgencia de actuar frente a esta amenaza global con el lema “Eduquemos. Promovamos. Actuemos ahora”.

Este llamado a la acción destaca la importancia de adoptar medidas concretas para mitigar los efectos de la resistencia antimicrobiana.

En el sector agropecuario, la implementación de alternativas a los APC, como probióticos y aceites esenciales, es un paso crucial hacia una producción más responsable y sostenible.

Al adoptar estas prácticas, no solo se protege la salud humana y animal, sino que también se contribuye a la seguridad alimentaria y a la preservación del medio ambiente, garantizando un futuro más saludable para las próximas generaciones.

Fuente TN

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