Alfredo Cornejo busca superar la desconfianza del Gobierno y apuesta a la construcción de una alternativa para 2023

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Mendoza, 09-03-2019 Con la visita del presidente Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó;. el secretario de Agroindustria de la Nación, Luis Miguel Etcheverey demás invitados Naconales e internacionales,el Gobernador Alfredo Cornejo, junto a la Vicegobernadora, Laura Montero, presiden el Palco Oficial durante el Tradicional Carrusel de Vendimia.

Contrariamente a lo que creen en Casa Rosada, el gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo está convencido de que Juntos por el Cambio tiene que seguir unido si Alberto Fernández gana las elecciones y no contempla la posibilidad de formar una alianza parlamentaria con el Frente de Todos.

En concreto, cerca de Cornejo aseguran que como el 10 de diciembre concluirá su mandato y aterrizará en la Cámara de Diputados, se concentrará en construir una oposición que sea competitiva cuando vuelvan a disputarse las candidaturas presidenciales. «Yo voy a tratar de que haya una alternativa política en la Argentina», es la frase que repite entre los suyos.

El gobernador mendocino, que después de cuatro años de gestión se irá tan bien posicionado como cuando llegó al sillón de San Martín (48.80 de imagen positiva, 24.10 de imagen regular y 25.20 de imagen negativa, según Reale Dalla Torre Consultores), suele generar sospechas entre Mauricio Macri y su círculo más cercano.

Le reconocen su capacidad estratégica y, en general, piensan que está dispuesto a retomar el camino que lo llevó a pergeñar el «radicalismo K» que concluyó con la candidatura de Julio Cobos a la vicepresidencia en la fórmula donde acompañó a Cristina Fernández de Kirchner en el 2007.

En diálogo con Infobae, un asesor muy cercano al gobernador aseguró que «se quedaron con una foto vieja, que terminó con la crisis del campo». Y recordó que en el 2011, cuando Cornejo compitió por la intendencia de Godoy Cruz, quien era el candidato del FPV recibió la visita del por entonces candidato a vice, Amado Boudou, que fue con su guitarra, Manuel Quieto y la Mancha de Rolando. Y hasta el poderoso ministro del Interior de entonces, Aníbal Fernández, «bajó» a la localidad del «Gran Mendoza» que cuenta con menos de 200 mil habitantes.

Curiosamente, quien compitió entonces contra Cornejo fue el actual diputado provincial Lucas Ilardo, ex marido de la actual candidata a gobernadora por el Frente de

Todos Anabel Fernández Sagasti, de quien es su jefe de campaña. En las elecciones del 2011, Cristina sacó el 54% de los votos, y un porcentaje similar en Mendoza. Godoy Cruz sacó el 48% y sin embargo, Cornejo le ganó a Ilardo.

El gobernador mendocino fue desde muy temprano una piedra en el zapato del Presidente. Según se comenta en la provincia, siempre dijo que «Macri ganó de casualidad» (en realidad, parece que dice algo todavía más directo), un diagnóstico muy distinto al que hicieron Marcos Peña y Jaime Durán Barba.

Por eso, fue el radical en Cambiemos que primero buscó marcar la cancha hacia adentro de la coalición, pidiéndole ampliar la base política de sustentación para garantizar la gobernabilidad y el respaldo a las medidas de reformas estructurales que cree imprescindibles para que la Argentina recupere la senda del crecimiento a largo plazo.

Se asegura que en forma reiterada dijo en la mesa chica de la coalición que «no podemos ir de Burkina Faso a un país escandinavo» y que pidió ir mucho más lento en materia tarifaria. Un amigo cuenta que «Cornejo le decía a Macri que gobernar la Argentina es muy difícil, no se puede simplificar la complejidad de situaciones, hay que actuar en política como un cirujano, con firmeza y precisión».

Ya presidente de la UCR, cuando llegó a la conclusión de que nada de lo que decía sería tomado en cuenta si solo lo decía hacia adentro, hizo el intento de instalarlo a través de la opinión pública. No le fue bien. Macri siguió cerrado a sus propuestas que, en muchos casos, consideró provenientes casi de un enemigo.

A pesar de eso, Cornejo pidió el voto para Macri en las elecciones nacionales porque -dijo- «se están jugando dos modelos de país». Y a pesar de lo bien posicionada que está su imagen y gestión, que incluso lo llevaría a que su delfín, Rodolfo Suárez, gane las elecciones a gobernador, no pudo evitar en las PASO la ola antimacrista que se agitó en todo el país.

En Mendoza, la fórmula Fernández-Fernández obtuvo 41.12% de los votos, contra 37.7% que alcanzó la que integran Macri con Miguel Ángel Pichetto. La boleta a diputados que llevó a Cornejo logró 15 mil votos más, pero tampoco le alcanzó para ganar a pesar de que la primer candidata a diputada del Frente de Todos obtuvo 10 mil votos menos que la boleta presidencial.

Para el 27 de octubre Cornejo espera un mejor resultado y cerca suyo creen posible, incluso, que Macri mismo pueda ganar la candidatura presidencial en Mendoza.

Antes, sin embargo, tiene otra estación: el 29 de setiembre se dirime quién será el próximo gobernador, una elección que Cornejo está obligado a provincializar y Fernández Sagasti a nacionalizar.

Este contraste se marca al punto que el próximo martes Alberto Fernández estará haciendo campaña en la provincia. Macri, en cambio, no es bienvenido todavía. Lo esperan para más adelante, cuando los mendocinos discutan qué se quiere para la Argentina que viene.

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