Alicia Kirchner ya tiene a su preferido para la obra pública

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Con el escándalo y el direccionamiento de la obra pública que evidenció el caso Lázaro Báez, en septiembre de este año, la gobernadora de la provincia de Santa Cruz, Alicia Kirchner, en el medio de un anunció de construcción de 428 viviendas en distintas ciudades provinciales pidió, en su discurso oficial,  que los santacruceños «se organicen y custodien todos los procesos de la licitación». Los santacruceños no se organizaron y a los procesos nadie los custodió.

Con las empresas del pool de Lázaro Báez caídas, pocas son las constructoras que quedaron con la espalda suficiente para afrontar la bicicleta de pagos del estado y hacer frente a las obras. Aún así, apareció en el último tiempo una empresa que crecer al calor del poder kirchnerista: la pelea por la sucesión del clan Báez.

Permaco SRL tiene una ligazón directa con el kirchnerismo, de la mano del gerenciador de las propiedades K, Osvaldo Sanfelice. Durante los último años el se encargó de abrirle puertas a la empresa y algo no es casual: la inmobiliaria de los Kirchner se quedó con la comiercialización del edificio PERMACO I. Este edifició se construyó en Río Gallegos y rapidamente quedó en la mira de la ciudad. Una construcción moderna y presentada con funcionalidades inéditas para la arquitectura de la ciudad. En los últimos tres meses, Permaco recibió obras por $119.044.837, entre obras pequeñas y viviendas. En el caso del plan de viviendas, tres proyectos diferentes, se repite un esquema. Las licitaciones se le entregan a la constructora al ser «única oferta».

En su año de gestión Alicia Kirchner estableció un nuevo proceso de otorgamiento de obras. Los llamados a licitación son varios, se repiten e incluso se dan de baja para realizar nuevos llamados que luego terminan en manos de las mismas empresas. Permaco es una empresa que sabe del poder político y es propiedad de Andrés Gustavo Mamani, amigo inseparable de Sanfelice. Esta relación le permitió a Mamani incursionar en los últimos años del kirchnerismo en obras lejos de Santa Cruz, que estaba loteada para las empresas de Báez.

Pese a las relaciones, el amigo K no tuve un buen camino fuera de suelos santacruceños. En 2013, el municipio de Olavarría le quitó la concesión de la obra de ampliación del Hospital «Héctor Cura».  La obra tuvo que ser terminada  por empresas locales, ya que Permaco no cumplió con los plazos. En Adrogué ocurrió casi el mismo problema, en la construcción del Profesorado 41, solo que en ese caso, la empresa santacruceña decidió no seguir al no estar conforme con los montos finales.

En enero de 2016, la nueva gestión del municipio de Río Gallegos denunció a Permaco por fallas y sobreprecios en obras para plazas de la ciudad. Aún así y con este antecedente, Alicia Kirchner le otorgó licitaciones por más de 100 millones. Ese no fue el único desorden de Permaco en la capital pingüina. En 2013, la gestión del kirchnerista, Raúl Cantín, la hizo participe de obras financiadas por Planificación por 91 millones de pesos para 250 viviendas. Los contratos se pagaron, se impulsaron gastos adicionales pero solo se terminó poco más del 30% de las obras, según ina investigación del sitio santacruceño Winfo. El representante técnico de Permaco, Hugo Sebastián Reynarez, fue directivo de la constructora Rodalsa, otra de las empresas que funcionaron como satélites de las empresas de Báez y de relación íntima con José López, el ex secretario de Obras públicas, hoy detenido en el penal de Ezeiza.

La empresa de Mamani también pariticipó de la licitación para la construcción de los carteles de anuncio de obras del entonces Ministerio de Planificación, que tuvieron un stencil de la cara de Cristina Kirchner, con la frase «Aquí también la Nación crece». Por esos carteles, Permaco ofertó 15 millones de pesos.

Juan Cruz Sanz/Infobae

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