Andrea Rincón tuvo que realizar una modificación rotunda en su vida. Por problemas de adicciones, debió salir del medio para ingresar en una clínica de rehabilitación. Esta tarde estuvo en Diario de Mariana contando el cambio que vivió y cómo se siente hoy en día.
«No puedo estar en mesas donde se cene con alcohol. Si voy a algún cumpleaños y noto que en el ambiente ya hay olor a alcohol ya me voy», dijo sobre su adicción que, aunque está superada, aún debe tener ciertos cuidados. «En Navidad y Año Nuevo no puedo tomar alcohol y en la mesa no puede haber alcohol. Es fácil dejar las sustancias pero no las conductas adictivas».
Los panelistas del programa le hicieron varias preguntas y, entre ellas, le consultaron que recuerdos tiene de la época en la que era adicta. «Es como una contradicción. Había un momento bueno y un momento malo. Y en lo que primero pienso es en el trabajo. Hoy mi prioridad es el tratamiento porque me permite hacer bien mi trabajo. Antes las consecuencias de mis acciones eran todas feas y ahora son todas lindas. Voy construyendo cosas sólidas. Antes estaba todo en el aire», dijo la morocha.
También habló cómo vive su vida actualmente: «Mis relaciones con la gente son más lindas. Puede diferenciar qué gente quiero que esté en mi vida y qué gente no. Hoy estoy sola y me siento en sillón, me ponga a leer un libro, me miro una serie. Antes no podía disfrutar de nada porque nada me hacía feliz. Hoy puedo disfrutar de las pequeñas cosas de la vida».
«Hoy me quiero y me cuido. Hace más de un año que no me drogo y eso me parece que es quererme», contó reflexiva y sonriente.
Además contó que tiene otras actividades y que el cambio fue abismal: «Es como que en cada situación que estoy, estoy yo. Antes no estaba yo, no sé cómo explicarlo. Valoro todo lo que tengo muchísimo». Además agregó que «al amor le tengo miedo. Estoy aprendiendo a vivir de vuelta». Y habló sobre su relación con Ale Sergi que aún siguen estando juntos: «Él se sorprende de que lo estoy escuchando, de que estoy atenta. Hoy aprendí a escuchar, antes no escuchaba. Él no tenía problemas. Igual no puede tomar alcohol porque en casa no tenemos alcohol. Ale no sale mucho. Antes vivíamos pegados y teníamos una relación heavy. Hoy quedaron momentos buenos. Y esas discusiones podemos hablarlas y la mayoría de las veces la que está equivocada soy yo».
«Si seguía así no sólo no podía conseguir laburo sino que no podía seguir viviendo», concluyó la vedette que se la notó mucho más tranquila y reflexiva.
