Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump: qué anticipan los analistas sobre una relación impredecible

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La opinión pública internacional se colapsó a finales de agosto de 2016 cuando en México paso algo insólito: el Presidente Enrique Peña Nieto recibió en la residencia oficial de Los Pinos al candidato republicano a la Presidencia de EEUU, Donald Trump.

El candidato era el autor de un discurso antimexicano que iba desde tachar a los migrantes de delincuentes hasta basar su campaña en la promesa de construir un muro entre ambos países para evitar el paso de ilegales.

El empresario hotelero ganó la Presidencia y desde entonces ha circulado la idea de que Peña Nieto se doblegó ante Trump.

Pero con la llegada del izquierdista Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de México, la relación bilateral es una incógnita, pues mientras Trump guardó silencio durante toda la campaña mexicana y no emitió ninguna opinión sobre los candidatos, AMLO lo ha calificado de poco diplomático.

En su edición del 4 de junio, el diario estadounidense The Wall Street Journalpublicó que con los dos en sus respectivas presidencias los problemas bilaterales podrían ir más allá de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), actualmente en marcha y el acuerdo comercial más importante para el país azteca.

En 2017, México registró por primera vez en una década un incremento interanual de 10,4% en su superávit con Estados Unidos en el comercio de productos, para sumar USD 71.057 millones, según el Departamento de Comercio de EEUU.

«No esta claro cómo será esa relación», dijo a Infobae Stephen Ansolabehere, profesor de la Escuela de Gobierno de Harvard.

«Trump debe lidiar ahora con gobiernos de izquierda en Canadá y México mientras intenta renegociar el TLCAN. Creo que un gobierno populista en México va a mostrar poco interés en ayudar a los intereses corporativos y estará mucho más enfocado en mejorar las condiciones laborales y ayudar a las personas que están atrapadas en el sistema de inmigración de pesadilla», expresó.

A juicio de Ansolabehere, la victoria de López Obrador sucede en un momento en el que las empresas estadounidenses están cada vez más frustradas por las políticas comerciales de Trump, como la imposición de aranceles a las materias primas de otros países.

«Nuestro mercado de valores ha caído considerablemente desde que comenzó a anunciar las tarifas a principios de este año. Obrador y Trudeau presionarán a Trump desde fuera de los Estados Unidos sobre el comercio y la inmigración. Las empresas estadounidenses lo presionarán desde dentro de los EEUU para cambiar de rumbo», auguró.

Algo que los dos tienen en común es una personalidad muy peculiar: no se quedan callados ante ninguna situación y responden de manera «fuerte». Ninguno se queda callado ante las provocaciones.

«Vamos a entrar en un periodo muy tenso, de descalificaciones mutuas. Si Trump dice algo sobre México inmediatamente va a tener una respuesta», dijo aInfobae Telésforo Nava, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en México.

Algo que Trump no tolera, dijo, es que le digan que «no» y cada que Andrés Manuel lo haga se va a generar un conflicto.

«El problema con López Obrador es también que en su equipo no cuenta con grandes diplomáticos, y en caso de un problema más grande no sabemos cómo que se va a poder llevar a una negociación», advirtió.

Algo que dejó muy en claro es que durante años México le ha hecho un favor a su vecino al detener y deportar a miles de migrantes centroamericanos para que no crucen la frontera, en caso de un conflicto bilateral, AMLO podría optar por eliminar todos los programas, como el Frontera Sur, que tiene como uno de sus objetivos ordenar el flujo en los cruces internacionales.

Otra incógnita es la colaboración bilateral en materia de combate al narcotráfico, pues Nava considera que López Obrador le dará un giro para que México deje de llevar la peor parte, como ha pasado hasta ahora.

«México ha cargado con lo peor para controlar las cosas a favor de Estados Unidos, mientras que Estados Unidos nunca ha dado información de que esté controlando a sus mafiosos», agregó.

Trump por su parte tiene en sus manos el tema de las remesas que envían los mexicanos que trabajan en Estados Unidos, a quienes quiere imponer un impuesto de 20% sobre sus envíos.

Un estudio del banco BBVA que cita fuentes del Banco Central de México destacó que las remesas en 2015 llegaron a los USD 25.000 millones, más de lo que el país obtiene por las exportaciones petroleras.

«AMLO necesita un TLCAN que mantenga el crecimiento de las exportaciones industriales y agrícolas de México y la renegociación comercial seguirá siendo conflictiva y muchas iniciativas de Trump inevitablemente lo confrontarán con López Obrador, en especial en el terreno migratorio. Los migrantes forman parte del grupo con el que se identifica AMLO por la pobreza, sus comunidades de origen, su vulnerabilidad», dijo a Infobae Antonio Ocaranza, experto en asesoría de imagen corporativa.

«Trump y AMLO provienen de movimientos refundacionales similares. Los dos rechazan el modelo económico de apertura económica y que los gobiernos limiten su papel de dirigir el desarrollo económico. Los dos desean regresar a modelos más intervencionistas que permitan asumir mayor control para reactivar sectores desfavorecidos y regiones que han quedado rezagadas. Los dos también piensan que la economía interna es la base para el crecimiento de sus países. Estos puntos de partida pueden facilitar la conversación entre los dos pero estas coincidencias no evitarán fricciones», aseguró.

Unas horas después que los conteos a boca de urna le dieran la victoria a López Obrador, Trump usó su cuenta de Twitter para felicitar al próximo Presidente de México y expresó su deseo de trabajar juntos en beneficio de ambos países.

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