El ex jefe de Gabinete kirchnerista Aníbal Fernández, sorprendió esta tarde al publicar en Facebook una dura carta contra Cristina Kirchner en la que critica la estrategia utilizada en las últimas elecciones y el lugar que se le dio al peronismo.
Sin nombrar a Unidad Ciudadana el ex funcionario se refiere a las nuevas construcciones políticas como “partiduchos” sin “densidad ni la carnadura y textura del Movimiento Nacional”, y protesta: “¿Será que el Peronismo no ha sido invitado a esta cita? ¿Qué digo invitado? Ha sido, más bien, des-invitado”, señala, y aunque recoge a “algunos nombres respetables” dentro del espacio, concluye: “No es el Peronismo. Nadie, ahí dentro, daría ‘la vida por Perón’, ni por los peronistas. Y si bien es cierto, como decía Néstor, que ‘con el Peronismo no alcanza‘, es más cierto cómo cerraba él aquella frase: ‘sin el Peronismo no se puede’”.
En ese sentido, aclara: «Solo desprecio esta pretendida construcción (berreta) que lejos de parecerse a un frente compuesto por fuerzas de distintos palos, se asemeja más a quienes desde la impotencia, como les pasa a los nenitos, han intentado hacernos desaparecer y sin embargo, día a día nos multiplicamos».
Casi como añorando los “valores” del peronismo tradicional, hace hincapié especialmente en la lealtad. “Puede ser que la Lealtad ya no ‘garpe’ electoralmente”, asegura, y sin nombrarlos se refiere a Julio De Vido y Amado Boudou: “Hoy hay leales que están presos por leales y traidores que no sólo gozan de las mieles de su entrega, sino que cada tanto son convocados por el ‘nuevo espacio’ para ver si vuelven al redil, o si negocian, o si dialogan, o si articulan o si… coso”.
También apuntó duramente al estilo de campaña que utilizó Cristina Kirchner, alejada de los símbolos del PJ y despegada de dirigentes kirchneristas. ”Aunque decidan una campaña light y amateur para evitar que se recuerde a la ‘Vieja Cristina’, hacedora de tanto, mientras la ‘Nueva Cristina’ habla de los logros de sus dos gobiernos; y aunque se limpie el horizonte de ‘dirigentes estigmatizados’, dirigentes que se han roto el alma en nombre del Proyecto (por favor no me incluyan en esta calificación), aunque te pidan que no vayan a los actos, no integres las listas, no juegues… No se puede”, aclara.
Analizando la estrategia comunicacional utilizada, sigue Fernández: “No se puede hacer campaña con el culo en la mano. No se puede ser socio de un club que no te quiere como un socio más, aunque pagues rigurosamente la cuota que, además no es barata. No se puede “parecerse” al enemigo utilizando hasta su terminología, sin pagar consecuencias. No se puede “ignorar” el fuego amigo y disfrazarlo de vehemencia. No se puede “aceptar o perdonar” las peores agachadas de mierda en nombre de la Unidad y la Concordia Y no importa si te soplan en la oreja algunas consignas pensadas por especialistas ecuatorianos, portugueses o de la Conchinchina. El Peronismo tiene lógicas que la teoría de la comunicación política mundial no entiende”.
La carta completa:
Como un hermoso jarrón chino -ese objeto valioso y preciado por toda la familia, al que nadie le encuentra el lugar adecuado-, nuestra conducción atraviesa al Peronismo… que no la atraviesa.
Nuevas construcciones (el mismo perro con diferente collar); uniones de similares características que partiduchos liberales acotados desde Juan Perón al rol de herramientas electorales, alianzas policromáticas; armados horizontales que, sin embargo, tienden a orbitar en torno a la estrella de un sistema político-planetario que se obsesiona en juntar asteroides, cometas que pierden su brillo, cuerpos celestes varios, pero ninguno con la densidad adecuada, casi todos fugaces, absolutamente pasajeros.
Estos “espacios políticos/partiduchos” no tienen la densidad ni la carnadura y textura del Movimiento Nacional ¿Será que el Peronismo no ha sido invitado a esta cita? ¿Qué digo invitado? Ha sido, más bien, des-invitado y aunque el “nuevo espacio” (creado o por crear) contenga algunos nombres respetables y muchos militantes que vibran con las mismas consignas que voceaba el pueblo peronista en el ´45 o la gloriosa JP en los cercano/lejanos ´70s… no es el Peronismo. No respeta ni sostiene el valor constitutivo de la Lealtad. No contiene el rigor del Luche y Vuelve. Nadie, ahí dentro, daría “la vida por Perón”, ni por los peronistas. Y si bien es cierto, como decía Néstor, que “Con el Peronismo no alcanza”, es más cierto como cerraba él aquella frase: “Sin el Peronismo no se puede”.
Y no. No se puede. Aunque decidan una campaña light y amateur para evitar que se recuerde a la “Vieja Cristina”, hacedora de tanto, mientras la “Nueva Cristina” habla de los logros de sus dos gobiernos; y aunque se limpie el horizonte de “dirigentes estigmatizados”, dirigentes que se han roto el alma en nombre del Proyecto (por favor no me incluyan en esta calificación), aunque te pidan que no vayan a los actos, no integres las listas, no juegues… No se puede.
No se puede hacer campaña con el culo en la mano. No se puede ser socio de un club que no te quiere como un socio más, aunque pagues rigurosamente la cuota que, además no es barata. No se puede “parecerse” al enemigo utilizando hasta su terminología, sin pagar consecuencias. No se puede “ignorar” el fuego amigo y disfrazarlo de vehemencia. No se puede “aceptar o perdonar” las peores agachadas de mierda en nombre de la Unidad y la Concordia.
Y no importa si te soplan en la oreja algunas consignas pensadas por especialistas ecuatorianos, portugueses o de la Conchinchina. El Peronismo tiene lógicas que la teoría de la comunicación política mundial no entiende. Es imposible recuperar con las redes lo que se ha perdido en la calle. Qué se le va a hacer. Todos hemos cometido errores. El tema es no defenderlos como si fuesen una herencia.
Por lo demás, es innegable el ataque cotidiano de los medios, la (in)Justicia, las Corporaciones. Como es innegable que, como dicen por ahí, están llevando a cabo una “cacería”. Pero las piezas de caza apreciadas en este coto, son bien definidas y casi todas sufren la desprotección de la manada. Distinto de lo que predicaba Juan Perón cuando nos avisaba que «La unidad nos da la fuerza, la solidaridad la cohesión.» Puede ser que la Lealtad ya no “garpe” electoralmente. Pero (y perdón por agarrarme de Juan Perón con tanta fuerza), “Hay dos clases de lealtades: la que nace del corazón que es la que más vale y la de los que son leales cuando no les conviene ser desleales”. Hoy hay leales que están presos por leales y traidores que no sólo gozan de las mieles de su entrega, sino que cada tanto son convocados por el “nuevo espacio” para ver si vuelven al redil, o si negocian, o si dialogan, o si articulan o si… coso.
Hace 72 años que, los de afuera (que son de palo) nos auguran “el fin del peronismo”. Eso quisieran porque lo que nos pasa hoy nos pasó alguna otra vez y siempre, siempre, fue el Pueblo peronista, su lealtad, su solidaridad, lo que sacó al país adelante. ¿Tenés alguna duda que volverá a suceder lo mismo con el Peronismo?
No soy ni agorero ni un traidor… Solo desprecio esta pretendida construcción (berreta) que lejos de parecerse a un frente compuesto por fuerzas de distintos palos, se asemeja más a quienes desde la impotencia, como les pasa a los nenitos, han intentado hacernos desaparecer y sin embargo, día a día nos multiplicamos.
¿Sin el Peronismo?… hummm, no. ¿Sabés que no?
Clarín