El presidente electo Javier Milei anunció que en los próximos días, antes de asumir, viajará a los Estados Unidos y a Israel.
“Estoy sin dormir, la agenda internacional llama así que hay que trabajar”, admitió al ser entrevistado en Radio Mitre tras su contundente triunfo frente a Sergio Massa.
En ese contexto, el líder de La Libertad Avanza empezó a dar detalles de lo que será su futuro gabinete y señaló que la economista Diana Mondino (futura Canciller) y quien fuera su jefe de campaña, Nicolás Posse (que también asumiría como su Jefe de Gabinete) “ya están prestos a atender los llamados internacionales”.
Según contó, el primer llamado que recibió fue el de Luis Lacalle Pou, el presidente de Uruguay. “Fue divertido porque hablamos a las 4 la mañana, ya que estaba en la Muralla China. Fue una charla formidable”, admitió Milei, quien reveló que el mandatario lo invitó a Uruguay: “Quiere contarme cómo están las relaciones y cuáles son los temas que tenemos que resolver. Dado que tenemos mucha afinidad, lo vamos a resolver con asado mediante”.
Más allá de esta invitación, Milei negó que ese país vaya a ser su primer destino internacional. “Mi primer viaje va a ser a los Estados Unidos y luego a Israel. Todo será antes de asumir”, precisó. Y aclaró que esas dos travesías “tienen una connotación más espiritual” ya que va a ir “visitar a rabinos amigos que están en los dos lugares”.
Con respecto a cómo será el itinerario, detalló que “en los próximos días” tomará un avión rumbo a Estados Unidos y luego se dirigirá a Tel Aviv, vía Nueva York. “Eso lo hablamos ayer con el Embajador de Israel en Argentina”, enfatizó.
Será la segunda vez que Milei viaja a Estados Unidos este año: lo hizo en agosto, tras ganar las PASO. En aquella oportunidad viajó sorpresivamente a Nueva York “por temas personales”, según explicaron en su entorno.
Esa excursión porque hacia allí también fueron dos de sus referentes, Darío Epstein y Juan Nápoli, para reunirse con representantes del sector financiero en un intento por empezar a explicar los planes económicos del líder libertario.
El Presidente electo tuvo una postura muy crítica contra el accionar del gobierno de Alberto Fernández ante el conflicto palestino-israel y sus gestiones, hasta ahora infructuosas, para lograr la liberación de los rehenes en manos de Hamás, entre los cuales hay 21 argentinos.
“La posición que adoptó la Cancillería argentina es demasiado blanda para la situación aberrante que está pasando. No avanza en las definiciones de una manera concreta y deja la puerta abierta a los terroristas. Y con los terroristas no se negocia”, había dicho Milei tras participar en una reunión con presidentes de bloques opositores de la Cámara de Diputados en la que se acordó un texto sobre el conflicto palestino-israelí.
“Logré que la mayoría de los presidentes de bloque acordemos solicitar al Poder Ejecutivo que profundice los esfuerzos para la inmediata aparición de las personas secuestradas y se respete el derecho a la defensa del Estado de Israel”, informó Milei en la red social X (antes Twitter).
El año pasado, Milei había señalado que una de sus primeras medidas como mandatario de Argentina sería mudar la embajada argentina en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, en sintonía con lo expresado por Donald Trump el 6 de diciembre de 2017. La parte oriental de Jerusalén fue anexionada por Israel luego de la guerra de los Seis Días, al igual que Cisjordania, Franja de Gaza y los altos del Golán (territorio sirio).
La iniciativa de Trump fue rechazada por la inmensa mayoría de los líderes mundiales. El 7 de diciembre el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas celebró una reunión de emergencia en la cual 14 de los 15 miembros condenaron la decisión, resolución que fue vetada por Estados Unidos.
A su vez, la Asamblea General de la ONU adoptó una reunión de emergencia celebrada en diciembre de 2017 en la que pidió a las naciones no ubicar sus embajadas en Jerusalén. La resolución fue aprobada por 128 votos contra 9.
Ese mismo día, el 6 de diciembre de 2017, la Argentina emitió un comunicado por el que apoyó –al igual que la mayor parte de la comunidad internacional– el régimen especial de Jerusalén conforme lo establece la resolución 181/1947 de la Asamblea General de la ONU y lamentó medidas unilaterales que pudieran modificar ese estatus especial.
Fuente: infobae