Más allá de la agenda económica y política, otros dos temas, que se anotan entre los mayores éxitos recientes, son la regularización y eficientización de la obra social OSDEPYM tras la intervención ordenada por la Superintendencia de Servicios de Salud y la transparencia en las cuentas, que fue blanco de numerosas denuncias por manejos indebidos e irregularidades, también por parte de Cornide.
En este contexto de transiciones, el presidente electo Alberto Fernández le habría encomendado a uno de sus mayores referentes económicos, Matías Kulfas, definir los interlocutores y establecer puentes de diálogo con el sector pyme, en medio de una situación crítica para el sector, que representa el 44% del PBI nacional.
“La supervivencia de las pequeñas y medianas empresas depende de las medidas que se tomen en el plano tributario, financiero, energético, laboral y de consumo interno”, advirtieron los directivos de CAME hace solo semanas, cuando apoyaron un pedido para declarar la “emergencia pyme”.
En la lista de medidas urgentes y necesarias para una reactivación se mencionan las líneas de crédito productivas con tasas del 21%, Repro Pyme Express para empresas en crisis para sostener el empleo, cambios en el mínimo no imponible sobre contribuciones patronales, la suspensión del impuesto al cheque, eximición del cobro de IVA e Ingresos Brutos en las boletas de luz, agua y gas y suspensión del pago de anticipos de Ganancias.
Pero, además, a mediano plazo la entidad tiene por delante una nutrida agenda para discutir, con foco en la elaboración de una ley pyme que atienda las necesidades de cada sector, comprenda las realidades en las distintas zonas del país y fomente la creación de empleo.
Apuntar al futuro
Para Martos, el dirigente más prestigioso y con 30 años de trayectoria en la entidad y que aún hoy forma parte del Consejo Directivo, “cualquier gobierno que se nutra de nuestra experiencia tiene asegurada una parte importantísima del éxito de su gestión. Es fundamental tener relevamientos en el territorio y nosotros sabemos lo que les pasa a las pymes en cada rincón del país. Somos un eslabón fundamental para trabajar en medidas que beneficien a las empresas y a sus empleados. En una sociedad comercial, lo importante es que ganen todos”.
Recibir informes de la situación en todas las provincias y contar con una red de 1.491 cámaras y federaciones adheridas sitúa a CAME como el órgano consultor más representativo del país, lo que fortalece su intención de posicionarse como principal interlocutor. Para potenciar ese perfil, acordó con la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA) volver a integrarse en la histórica Confederación General Económica (CGE), a cargo de Marcelo Fernández, organización fundada durante el tercer gobierno de Juan Domingo Perón que supo tener fuerte protagonismo en la década del 70 y que, ahora, recobrará vida justo antes de la llegada de un gobierno peronista. La finalidad es darle “una voz única” a las pymes para que puedan dialogar con el equipo económico que designe Alberto F.
La única condición es que sea apuntando al futuro, como ilustró Martos con una anécdota personal: “Cuando fui presidente por primera vez en la Cámara de Empresarios de Repuestos del Automotor de Córdoba, formé un equipo que era un mix de gente grande que ya estaba trabajando y gente joven; yo entonces era joven y lo que me aportaron los más experimentados fue muchísimo. Pero ahora me doy cuenta de que, a mi edad, aprendí mucho más en estos últimos tres años de una conducción renovada generacionalmente en CAME que en todo el tiempo anterior. Hay cambios que son absolutamente necesarios, el de CAME fue fundamental y no tiene retorno”.
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