ARA San Juan: los responsables del submarino quieren defenderse de las acusaciones del ex jefe de la Armada

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Justo antes del fin de semana largo, la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yañez, recibió la sorpresiva visita del ex comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada (COAA), Contraalmirante Luis Enrique López Mazzeo. Estaba acompañado de su abogado, Carlos Saint Jean. El militar le explicó a la magistrada que viajó sin aviso hasta esa ciudad patagónica de Santa Cruz, para ponerse a disposición del juzgado y si era posible declarar ese mismo día, o en caso contrario, tomar vista del expediente. Desde el tribunal le respondieron que no a todo, y le dijeron lo que ya sabía, que aún no se resolvió si el oficial será llamado como testigo o imputado. Desde que el ex jefe de la Armada Marcelo Srur declaró como testigo el 12 de abril pasado, los tiempos procesales se aceleraron.

Sucede que Srur descargó en López Mazzeo y en el Capitán de Navío Claudio Javier Villamide, el entonces jefe del Comando de la Fuerza Submarina (COFS) la responsabilidad de que el ARA San Juan zarpara el 25 de octubre de 2017 de la Base Naval de Mar del Plata sin estar en condiciones para «operar» y para realizar patrullas para «control de mar».

También dijo que de haber sido informado de los problemas que tuvo en la navegación y patrullaje del 1 al 19 de julio, él hubiese prohibido la última y fatal zarpada.

La jueza Yañez deberá evaluar con las pruebas colectadas en el expediente si Srur dice la verdad o faltó a su juramento.

Por lo pronto, los dos oficiales a cargo del área de submarinos fueron separados, de manera provisoria de sus cargos, porque un sumario interno de la Armada, ordenado por el ministro de Defensa, Oscar Aguad, los responsabilizó de poner en riesgo a «la tropa» y a la nave y por «incumplimiento en sus funciones».

De paseo en plena crisis

La Jueza Yañez ya tiene acreditado en la causa que López Mazzeo, en plena crisis de comunicación con el submarino estaba, primero dando una exposición en la Escuela de Guerra Naval en Buenos Aires, en vez de estar en la Base Naval Puerto Belgrano y el 16 de noviembre, 24 horas después de haber perdido toda señal de vida con los 44 tripulantes, realizando «asistencia sanitaria» en Puerto Bermejo, en Chaco.

López Mazzeo no estaba solo, había viajado con el Jefe de Operaciones, el capitán Martín Garro. O sea que en puerto Belgrano no solo no estaba el número 1, sino que tampoco el número 2. En pocas palabras, como mínimo un sobre exceso de confianza dado las circunstancias que bien podría haber derivado en la pérdida del submarino.

López Mazzeo, ex comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada (COAA)
La Base naval de Puerto Belgrano, para que quede claro, es el Comando de Operaciones de la Armada.

«La misión que tiene la Armada es sumamente diversa, siempre es en apoyo a la Nación: en la vigilancia estratégica, en SAR –búsqueda y rescate-, en ayuda sanitaria, lo mismo que estamos haciendo acá lo estábamos haciendo hace unos meses con el aviso ‘Islas Malvinas’ en Comodoro Rivadavia. Esta inserción social es muy importante», decía López Mazzeo ante vecinos de Puerto Bermejo y frente al intendente de esa localidad, Isaac Velozo, según reprodujo ese mismo día la Gaceta Marinera, el órgano oficial de la Armada.

La actividad en Chaco del «dueño de los fierros» de la Armada Argentina, como se suele llamar internamente al titular del COAA, estaba prevista hasta el día siguiente. Es decir, el 17 de noviembre.

Según Srur esto no sucedió porque él mismo, que estaba desde el 12 de noviembre en Uruguay «con autorización ministerial» porque «el 15 me iban a condecorar «le ordené que fuera de manera inmediata a Puerto Belgrano» para ponerse al frente de la crisis más importante que tenía la Armada Argentina en tiempos de paz.

Según el jefe del Estado Mayor General de la Armada, López Mazzeo le informó recién 30 horas después que el Comando había perdido contacto con el buque de guerra.

El desconcierto en la Armada por la pérdida del ARA San Juan era total. Srur, desde Montevideo, llamó a su segundo en la conducción de la fuerza, el Vicealmirante Migue Ángel Máscolo, es decir a quien lo reemplazaba en el mando ante su viaje al exterior.

En esa comunicación, cuando Srur le preguntó «qué sabía del submarino», este le habría respondido -según su declaración ante la jueza- «¿Qué submarino?».

Ese 16 de noviembre por la tarde, ya en el Edificio Libertad, Srur debía informar sobre la falta de comunicación al poder político que aún desconocía la situación.

Aguad, el ministro de Defensa y su jefe directo, tampoco estaba en el país, se encontraba en actividad oficial en Canadá.

Por esa razón intentó imponer sobre la crisis al viceministro de Defensa, Horacio Chiguizola. Pero no lo pudo ubicar por teléfono. Entonces -y mientras los minutos corrían para los tripulantes del San Juan- pudo establecer diálogo con Graciela Villata, la Secretaria de Servicios Logísticos para la Defensa y Coordinación Militar en Emergencias.

Fue ella la que finalmente puso en alerta a Aguad y este al presidente Mauricio Macri. Para esto ya habían pasado 38 horas sin comunicación con el ARA San Juan.

Una vez que todos estuvieron al tanto de la desaparición del San Juan, y no antes, el Capitán Enrique Balbi, el vocero de la Marina, enfrentó por primera vez a los medios y anunció: «La última información fehaciente y oficial es que aún no se encontró al submarino. No es que está perdido, para estar perdido hay que buscarlo y no encontrarlo».

¿Qué habrá querido decir? ¿Que todavía no lo habían buscado?

Hasta el momento, el buque no fue hallado.

Dudas en los Mensajes Navales

Antes de retirarse del juzgado de la jueza Yañez, el Almirante Srur dejó documentación oficial con la cual pretende demostrar que López Mazzeo, como mínimo, lo mantuvo al margen de la decisión de haber enviado al ARA San Juan a realizar tareas de inteligencia sobre los pesqueros extranjeros que depredan la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA) y de los buques y aviones que forman parte de la defensa británica en las Islas Malvinas.

Para eso, presentó en sobres cerrados varios Mensajes Navales entre ambos. En los primeros, fechados en la navegación del 1 al 19 de julio el jefe del COAA le informa al jefe del Estado Mayor General de la Armada, que el ARA San Juan, nombrado con las siglas «SUSJ» estaba patrullando la ZEEA. Sin embargo, en los Mensajes Navales de la última navegación, López Mazzeo reportó que el submarino se dirigía hacia la Base Naval Mar del Plata junto al resto de los buques del Comando de la Flota de Mar que participó del operativo de adiestramiento, en el cual el submarino actuaba como «cortina» en el hundimiento de una supuesta nave enemiga sin ser detectado.

Cuando sea llamado -como testigo o imputado- por la jueza Yañez, será su tarea demostrar que, al contrario de lo que dijo Srur, sí le informó a su superior que el ARA San Juan estaba patrullando la Zona Económica Exclusiva Argentina y que el jefe de la Armada conocía las limitaciones que tenía el submarino para navegar y este no «ordenó» detener la última patrulla.

En su declaración testimonial, Srur afirmó que López Mazzeo no le informó que el ARA San Juan estaba patrullando el Área Juliana porque por teléfono, le había «sugerido» al jefe del COAA que el submarino no saliese a realizar «control de mar».

Sobre estos ejercicios, el 6 de noviembre, y durante la escala técnica realizada en el Puerto de Ushuaia, lugar donde también recaló el submarino, López Mazzeo le dijo a la Gaceta Marinera: «Estas operaciones nos permiten evaluar la situación operativa de todos los medios que componen el Poder Naval Integral de la Nación y, particularmente, el hecho de hacer el despliegue al sur argentino, tiene un plus patriótico para nuestros marinos, porque teniendo en cuenta nuestra historia, podemos decir que la zona patagónica e insular es el corazón de la soberanía nacional».

Esas fueron las últimas palabras oficiales del jefe del COAA sobre la flota que estaba a su cargo, una semana después de la desaparición del buque de guerra, tanto él como el Capitán Villamide fueron apartados de sus funciones un hecho que se mantiene hasta el día de hoy.

Ese mismo día, 6 de noviembre, los asombrados vecinos de la ciudad austral, subieron a las redes sociales las imágenes no solo de los buques de la ARA, como el ARA Sarandí o Rosales, sino también del submarino al que calificaban como «ballena». Son los últimos minutos grabados que se conservan del ARA San Juan antes de desaparecer.

La búsqueda y rescate del ARA San Juan abrió el debate en las Fuerzas Armadas por la nula participación en la coordinación del operativo SARSUB -búsqueda y rescate del submarino- del que participaron las principales armadas del mundo.

Y esa discusión llegó hasta la causa que instruye la jueza Yañez, aunque difícilmente tenga repercusiones penales.

En el expediente ya quedó plasmado que el Estado Mayor Conjunto de las Fuerza Armadas, que está al mando del Teniente General Bari del Valle Sosa y por motivos que aún no se explicaron permaneció al margen de la toma de decisiones en la búsqueda del submarino a pesar que la Ley de Defensa Nacional Número 23.554 y el Decreto 727/2006 que la reglamenta, en el Título IV «Del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas», especifica que «El Jefe del ESTADO MAYOR CONJUNTO será el responsable del empleo de los medios militares en tiempos de paz. A tal efecto, tendrá el control funcional sobre las Fuerzas Armadas, con autoridad para impartir órdenes, pudiendo disponer de tales medios para el cumplimiento de las misiones encomendadas en el marco del planeamiento estratégico militar. A los fines de la acción militar conjunta mantendrá relación funcional con los Jefes de los ESTADOS MAYORES GENERALES DE LAS FUERZAS ARMADAS, quienes lo asesorarán en el planeamiento militar conjunto».

Si el ministro Aguad y Mauricio Macri así lo dispusieran Del Valle Sosa tendría la potestad, por ejemplo, de investigar a fondo lo ocurrido con el ARA San Juan, cosa que hasta el momento tampoco sucedió.

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