Argentina lo dio vuelta, le ganó a Colombia y resucitó en Barranquilla

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Argentina salió a plantarse en campo colombiano, con Lionel Messi quedando casi a la altura de la última línea rival cuando el equipo atacaba y retrocediendo un poco cuando la pelota la tenía el equipo de Leonel Álvarez. El conjunto de Alejandro Sabella sabía de su obligación y se hizo dueño del balón con el correr de los minutos.

En ese primer cuarto de hora se vio una Selección con mucho sacrificio en el mediocampo. Mucha participación de Pablo Guiñazú, con un constante trabajo de ida y vuelta, acompañando a Rodrigo Braña en la tarea más sucia del juego. Bien por el jugador de Estudiantes, ordenando la línea de volantes. La última línea no pasaba sobresaltos, porque los colombianos no encontraban el balón y cuando lo tenían carecían de profundidad.

Poco a poco el rendimiento de Argentina se fue desinflando. El equipo se quedó sin aire y el calor comenzó a mermar el rendimiento de los jugadores. Por caso, José Sosa caminaba la cancha, buscando un poco de oxígeno. Cerca de los 35 minutos de juego, Nicolás Burdisso debió abandonar el campo por una lesión en la rodilla. Allí, Sabella mandó a la cancha a Leandro Desábato, tratando de no desarmar el andamiaje defensivo.

El primer tiempo se iba con más intenciones que otra cosa. Argentina no pasó demasiados sobresaltos –salvo dos centros que Jackson Martínez no llegó a capitalizar-, pero no tuvo peso ofensivo. Messi terminó deambulando por la línea media e Higuaín se vio totalmente desconectado del juego. Pero cuando se moría esa primera mitad, Mascherano desvió un tiro libre de Zuñiga y la pelota se encontró con la red casi sin querer para poner el 1-0. Así, los dirigidos por Álvarez se llevaron un premio demasiado grande ante una selección que comenzó ilusionando y terminó cayendo en un pozo futbolístico.

En la segunda etapa, Sabella mandó a Sergio Agüero a la cancha y sacó a Guiñazú, un cambio raro, no por la propuesta, sino porque Sosa seguía en cancha. Sin embargo, con “El Kun” en cancha se encendía una ilusión de que Messi, por fin, tenga un poco de compañía. Si bien el cambio no fue radical, la presencia del jugador del Manchester City liberó un poco a “La Pulga”.

Colombia cedió terreno y pelota, Argentina, lentamente, se fue amigando con el juego y comenzó a llevar peligro al arco de Ospina. Así, promediando la segunda mitad, una buena jugada asociada terminó en los pies de Messi, que abrió para Sosa –levantó muchísimo en el complemento- y éste mandó un centro rasante. El arquero y Yepes se hicieron un nudo y la pelota quedó mansa en el área para que Messi, con el arco a su merced, iguale el marcador.

A partir de ese momento, Argentina se dio cuenta que podía ganar el partido. Colombia no encontraba la pelota, y la Selección enganchaba la sintonía. Sosa demostró por qué Sabella lo cita, Messi enarbolaba cada ataque y Agüero, con juego, volvió a explicar que es un gran socio de “La Pulga”. Tras un quite de Clemente y de una buena jugada entre Sosa y Messi (la figura), la pelota terminó en Higuaín que remató al arco, Ospina dio rebote y Agüero, en absoluta libertad, remató al gol. 2-1, por coraje, ambición y ganas de dar vuelta la historia que se volvía más adversa que nunca.

El rumbo del partido estaba escrito. Colombia se quedó sin ánimo, sin efervescencia para ir a buscar el empate y Argentina encontró espacios para seguir manteniendo la pelota e ir por otro gol. Lo tuvo Messi, pero increíblemente falló con el arco libre, aunque cabe destacar que fue desde un ángulo cerrado. La historia no cambió. Así Argentina edificó un triunfo esperanzador, que vuelve a encender la llama de la ilusión de cara al próximo partido de Eliminatorias. Tras el decepcionante empate ante Bolivia, la Selección necesitaba esto, un triunfo que sirva para inyectar un poco de confianza…un poco de oxígeno cuando el ahogo comenzaba a preocupar.

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