Un mecánico de Turdera de 47 años fue torturado por cuatro delincuentes durante más de dos horas dentro de su propia casa en una historia de un robo que tuvo detalles tan insólitos como macabros: los ladrones bebieron una botella de champagne durante el ataque y hasta le permitieron a la víctima beber un vaso de gaseosa entre golpiza y golpiza.
El hecho ocurrió en la madrugada del jueves 21 de enero en un domicilio ubicado encima de un taller mecánico en la calle San Rafael al 600, en Turdera.
Eran poco más de las 2 de la madrugada cuando Claudio D’Arielli y su pareja dormían en la habitación principal de la planta superior. Fue entonces, cuando escucharon un estruendo y el dueño de la casa salió al pasillo para ver qué había ocurrido, según confirmaron fuentes policiales a Infobae, en una causa por robo y lesiones investigada por la UFI N°11 de Lomas de Zamora con el fiscal Ricardo Silvestrini.
La víctima aseguró que los delincuentes se llevaron dinero, aunque no especificó el monto.
“Se ve que uno de los ladrones se había caído de la baranda en el techo de chapa que tengo en el patio delantero. Voy del pasillo al living y ahí me agarran dos, con fierros y todo. Estaban armados, tipo policía. Me decían: ‘Al piso, quédate quieto. Adónde está la piba’, ‘¿Qué piba?’, preguntaba yo. Pensé que se querían llevar a mi novia”, afirmó Claudio, en declaraciones al canal TN.
El hombre tiene un taller mecánico muy conocido en el barrio desde hace varios años y sospecha de que los ladrones creyeron que se iban a encontrar con un botín sustancioso dentro de la casa. Asimismo, aseguró que los delincuentes permanecieron al menos tres horas dentro de su casa.
“Me ataron, me golpearon. Fue tremendo porque no se iban, me llegaron a revisar las guanteras de los autos. Estuvieron re tranquilos, tomaron una botella de champagne”, describió.
La víctima del robo aseguró también que los delincuentes emplearon distintos tipos de torturas psicológica y física durante el ataque y reveló detalles sobre los diálogos que mantenía con los delincuentes.
“Me asfixiaron, me ataron, tengo golpes en la cabeza, me pateaban. Después, me dicen ‘¿Querés fumar un cigarrillo?’. Me pusieron un cigarro en la boca. Me ofrecieron un vaso de Coca-Cola. ‘Ay sos fino, tomás Coca Zero’, me decían. Y después me empezaron a pegar de vuelta”, relató.
“Después, me pusieron una sábana en la boca a presión, me agarraron entre dos y me pusieron boca abajo”, agregó.
Mientras los minutos pasaban, los delincuentes no podían encontrar el dinero que el mecánico guardaba en su casa. Por ende, se empezaron a impacientar y comenzaron con las amenazas de torturas aún más macabras.
“Me querían quemar con una plancha. Después se los escuchaba decir ‘Calentá el aceite que lo vamos a quemar con aceite’”.
Según la víctima del robo, los tres delincuentes parecían tener experiencia en la materia y realizaron el golpe bien equipados. De hecho, una de las primeras exigencias que le hicieron fue el pedido del equipo de sistema DVR de las cámaras de seguridad instaladas dentro del domicilio.
“Tenían de todo.. Estaban bien entrenados, quizás más que la policía porque pegaron un salto, subieron al techo, saltaron a la baranda del balcón y ahí se mandaron al living. Se movían muy bien”, explicó.
En tanto, Claudio afirmó que a lo largo de las tres horas los delincuentes le repitieron una y otra vez que no se le ocurra hacer la denuncia ante la policía: “Me lo dijeron muchísimas veces. ‘Lo único que te digo es que no llames a la policía. Sabemos dónde vivís y te vamos a matar. Yo solo te digo que si querés vivir tranquilo, no llames a la policía’”, describió, que aún así, decidió hacer la denuncia más de 24 horas después del hecho.
El dueño del taller mecánico afirmó que, además de los golpes, recibió seis puntazos con una cuchilla que él tenía en su casa y un par de golpes con las culatas de las armas que los delincuentes portaban.
Asimismo, una vez que encontraron una suma de dinero que él tenía ahorrado en el taller, los tres ladrones se fugaron en silencio y sin demasiado apuro.
Como consecuencia del hecho, el dueño de la casa debió recibir asistencia médica en el hospital Gandulfo para ser asistido y recibió el apoyo de psicólogos.
Aún se desconoce si la casa del mecánico estaba marcada. Será objeto de investigación de la UFI Nº 11 de Lomas de Zamora, que lleva la causa. Una de las sospechas de la víctima involucra a su ex pareja, ya que los delincuentes sabían de antemano que tenía cámaras de seguridad y que no contaba con llave en una de las puertas delanteras del domicilio.