Superada la primera mitad del año, en la Argentina ya hubo 17 elecciones provinciales. Una de ellas, en Corrientes, fue para elegir legisladores, en las otras 16, a puestos ejecutivos. En 13, ya se definió quienes serán los gobernadores a partir del 10 de diciembre. En las tres restantes (Mendoza, Chaco y Santa Fe) se celebraron las PASO.
Si bien la tendencia inicial marcó una continuidad de los oficialismos, las generales en las dos últimas localidades que ya votaron las internas podrían mostrar también un apoyo considerable al cambio.
Este último punto quedó reflejado en las provincias del centro del país. En San Luis, el peronismo perdió una hegemonía de décadas en manos de los Rodríguez Saá ante un exaliado, el exgobernador, Claudio Poggi. En San Juan, Marcelo Orrego puso fin a 20 años de gobiernos del PJ que tuvieron como figuras exponentes en las últimas décadas a Sergio Uñac y José Luis Gioja, que fueron enfrentados. Tanto Poggi como Orrego, son dirigentes que respaldó Horacio Rodríguez Larreta.
En tanto, Neuquén fue la primera elección y también marcó un cambio de época. En un escenario parecido al de San Luis, un exmiembro del Movimiento Popular Nequino -que gobierna desde hace 60 años- Rolando Figueroa, logró imponerse a la estructura local con un apoyo más que amplio: desde el propio Mauricio Macri hasta sectores del peronismo. Allí, Larreta también se anotó un triunfo, ya que la modalidad en la que se construyó políticamente estuvo asociada al diálogo y al acuerdo con varios espacios.
Ya sea con el mismo dirigente o con sus sucesores, y a ambos lados de la grieta partidaria, en 10 de las 13 provincias que ya eligieron sus próximos gobernadores se apostó por la continuidad de las gestiones.
Estos fueron los casos de Gildo Insfran (Formosa), Martín Llaryora (Córdoba), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Ricardo Quintela (La Rioja), Gustavo Sáenz (Salta), Sergio Ziliotto (La Pampa), Alberto Weretilneck (Río Negro), Hugo Passalacqua (Misiones), Carlos Sadir (Jujuy) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).
En seis continuará gobernado el PJ. En cuatro de ellas, el sector tradicional. En La Rioja, Ricardo Quintela logró su reelección holgadamente, con el 50,63%, casi 20 puntos más que Felipe Álvarez (JxC). La Pampa también vio a su gobernador reelecto; Sergio Ziliotto sacó más del 45% de los votos, aunque hubo un avance de la coalición opositora que con Martín Berghongaray obtuvo el 42%. En Formosa, Gildo Insfrán logró su octava reelección con casi el 70% de los votos. Mientras que en Tucumán, el amplio triunfo de Osvaldo Jaldo implicará la continuidad del proyecto de Juan Manzur.
A su vez, en Tierra del Fuego, Gustavo Melella (FORJA), más cercano al kirchnerismo, logró su reelección en primera vuelta con el 53% de los votos.
En tanto, en Córdoba hubo una ajustada elección en la que triunfó Martín Llaryora, cercano al gobernador Juan Schiaretti -que competirá por la presidencia dentro de un peronismo no kirchnerista- tan sólo tres puntos por encima del dirigente del PRO, Luis Juez, apoyado por Patricia Bullrich.
Por otra parte, en Salta, Río Negro y Misiones continuarán gobernando partidos con fuerte identificación con sus provincias.
Gustavo Sáenz, de Identidad Salteña, logró ser reelecto con un apoyo de más del 47% de la población. Si bien tiene una postura absolutamente dialoguista, se trata de uno de los dirigentes más cercanos al precandidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa. Allí presentaron candidatos tanto Juntos por el Cambio como el Frente de Todos y sacaron 17% y 16%, respectivamente.
En Misiones el Frente Renovador de la Concordia logró un contundente 65% de los votos de la mano de Hugo Passalacqua. En segundo lugar, lejos, quedó Juntos por el Cambio, con el 26,57% de los votos.
Mientras que en Río Negro, Alberto Weretilneck volverá a gobernar y, de esta manera, también el frente Juntos somos Río Negro.
Por el lado de Juntos por el Cambio, el radicalismo continuará liderando los destinos de Jujuy. Carlos Sadir fue electo como el sucesor de Gerardo Morales, candidato a vicepresidente de la fórmula que comparte con Larreta, con el 49,25% de los votos. Allí el Frente de Todos fue duplicado tras el 22,32% de Rubén Rivarola.
En Mendoza, el 11 de junio hubo triunfo de Juntos por el Cambio y podría seguir gobernando el radicalismo, nuevamente en manos de Alfredo Cornejo, que venció en la PASO a Luis Petri, compañero de fórmula de Bullrich. En caso de consumarse el triunfo del dirigente radical, será otra continuidad de los oficialismos en las Elecciones 2023 -la número 11- y el primer gobernador que la exministra de Seguridad puede anotarse como propio en la compulsa con el jefe de Gobierno porteño.
En Chaco, que registró hasta el momento la menor concurrencia provincial de votantes (60%) a una elección provincial y la derrota en las PASO del oficialismo pejotista liderado por Jorge Capitanich, con un notable impacto del caso Cecilia Strzyzowski, podría culminar con ser la cuarta provincia donde no continúa en el poder el oficialismo. Leandro Zdero será quien busque dar el batacazo. De todos modos, el peronismo fue divido en cuatro listas, las cuales sumaron el 50% de los votos, mientras que las dos de JxC, casi el 43%.
A ella se podría sumar el caso Santa Fe. El contundente triunfo del radical Maximiliano Pullaro en la interna contra Carolina Losada, con una amplia diferencia de 35 puntos con el peronismo unificado, marcaría una tendencia irreversible a que la provincia cambie de color político después de 40 años de gobiernos del PJ y socialistas. Significaría otro territorio en manos de la UCR y un triunfo más que se anota en el poroteo Larreta.
Con los resultados consumados y si se repite lo sucedido en las PASO, de las 16 elecciones provinciales, en 11 continuarían gobernando los oficialismos, pero en 5 (más del 30%), se cambiaría el color político y, no sólo eso, en casi todos esos casos también implicaría el fin de décadas de gobiernos del mismo partido o dirigente.
Fuente: Mariano Vicchio tn