Astrónomos descubrieron el origen de misteriosas señales de radio espaciales

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Los astrónomos han logrado, por primera vez, determinar la distancia y la galaxia de la que procedía una ráfaga rápida de radio y con ello descartar algunas teorías sobre la formación de estas misteriosas señales.

Los expertos determinaron que la ráfaga rápida de radio (FRB, siglas en inglés) procedía de una galaxia enana situada a más de 3.000 millones de años luz de la Tierra, según un estudio de un equipo internacional que publica hoy Nature.

El haber logrado encontrar la galaxia de la que procede la FRB y su distancia «es un gran paso adelante, pero aún tenemos muchas cosas que hacer antes de entender totalmente» qué son las ráfagas rápidas de radio, señaló.

Las FRB son pulsos transitorios de radio con gran energía, que duran milisegundos y cuyo origen es un misterio desde que se tuvo constancia de la primera, en 2007, aunque se había observado en 2001, pero no se descubrió hasta analizar datos de archivo del radiotelescopio Parkes de Australia.

Hasta ahora se habían registrado 18 FRB, descubiertas con un tipo de telescopio que no permite acotar la localización del objeto con la suficiente precisión.

Pero una ráfaga registrada en 2012 por el Observatorio Arecibo de Puerto Rico se repitió en seis ocasiones, la última en 2016, por lo que los astrónomos pudieron trazarla usando un radiotelescopio que les permitió establecer su localización en el cosmos.

Antes de esos nuevos datos los científicos habían propuesto diversas explicaciones sobre su origen, como que podían proceder del interior o las proximidades de la Vía Láctea, una teoría que ahora se ha descartado, «al menos, para esta FRB», señaló Shriharsh Tendulkar, de la canadiense Universidad de McGill.

Y es que los datos señalan que procede de un lugar a 3.000 millones de años luz, lo que da «la confirmación indiscutible» de que la FRB se originó muy profundamente en el espacio extragaláctico.

El que esa ráfaga se haya ubicado en un galaxia enana puede ser una «pista vital» para conocer su naturaleza física, pues las condiciones de ese tipo de galaxias pueden posibilitar que se formen estrellas mucho más masivas que en la Vía Láctea y quizás la fuente de la FRB pueda ser los restos de alguna de esas estrellas.

“Este simple dato representa un enorme avance para la comprensión de estos fenómenos”, indicó  Shami Chartterjee de la estadounidense Universidad de Cornell.

Los astrónomos también están considerando otras hipótesis sobre el origen de la FRB, que se generarían en las inmediaciones de un agujero negro supermasivo, el cual se traga el gas que le rodea.

Además de detectar el rastro brillante de la FRB, otras observaciones revelaron la existencia de una fuente continúa de emisiones débiles de radio en la misma región.

Los expertos creen que tanto la ráfaga como la fuente continua de emisiones deben corresponder al mismo objeto o que ambos fenómenos están de alguna manera físicamente asociados, agrega el comunicado.

El astrónomo Bryan Butler del británico Observatorio Nacional de Radioastronomía, advirtió de que no se debe olvidar que esta es la única FRB conocida que se repite, «por lo que puede ser físicamente diferente de las otras».

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