La explosión se produjo poco después de las 15:00, hora local (13:00 GMT) y afectó también edificios cercanos, según los testigos. Un corresponsal de la AFP en el lugar vio heridos ensangrentados en el suelo y varios vehículos con la ventanillas rotas.
El ministro de Seguridad Interior, Yithzak Aharonovitc, confirmó que se trató de un explosivo de entre uno y dos kilogramos que se encontraba dentro de un bolso.
La policía ratificó que la explosión afectó a dos autobuses que circulaban frente al Centro de Conferencias de Jerusalén, en el centro de la ciudad, y en las cercanías de la estación central.
Se eleva hasta 50 el número de personas heridas, dos de ellas están en situación crítica y otra en grave estado. Otros cinco se encuentran con gravedad moderada.
El primer ministro israelí demoró su partida hacia Moscú al enterarse del atentado. La policía cerró el acceso y egreso de la ciudad para poder dar con el responsable de los ataques.
El chofer de uno de los autobuses alcanzados por el estallido, dijo haber escuchado el estruendo al aproximarse a la parada. Luego detuvo su marcha y permitió a los pasajeros bajar. Ninguno de ellos sufrió heridas.
El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, solicitó a los ciudadanos que se mantengan atentos y con los ojos abiertos para prevenir futuros ataques. También los llamó a remontar sus vidas diarias, para que los terroristas no crean que han ganado.