Australia ha lanzado una operación de rescate a gran escala para ayudar a las miles de personas que, huyendo de los incendios que asolan varias zonas del país y lugares turísticos, pasaron la noche de Año Nuevo refugiadas en las playas.
Se han desplegado barcos y aviones militares para aportar ayuda humanitaria y evaluar los daños después de una de las peores jornadas desde el inicio de la temporada de incendios en septiembre.
La policía anunció que tres nuevos cuerpos fueron hallados el miércoles, con lo que ya son ocho los fallecidos desde el lunes.
A medida que pasaba el tiempo, se acentuaba la preocupación por varias personas que seguían desaparecidas, mientras el fuego calcinaba el sureste del país.
Más de 200 viviendas fueron destruidas y algunos pueblos se han convertido en ruinas humeantes.
Las informaciones de varias zonas turísticas dan cuenta de miles de turistas y lugareños que pasaron la Nochevieja a orillas del mar, acorralados por las llamas, sobre todo en clubes de surf. Los incendios causaron cortes de electricidad, de teléfono y de internet.
Los bomberos tuvieron grandes dificultades para socorrer a personas con quemaduras en áreas aisladas. “No pudimos acceder por carretera ni por avión a ciertos lugares, es demasiado peligroso y no podemos acceder, y la gente tampoco se puede ir de esas zonas”, explicó el jefe de bomberos del estado de Nueva Gales del Sur, Shane Fitzsimmons.
“Gran ovación”
Los militares temen que pueda llevar días llegar a zonas muy aisladas.
Sin embargo hay buenas noticias de la ciudad turística costera de Mallacoota, donde 4.000 personas bloqueadas en la playa, protegidas por camiones de bomberos, salieron ilesas.
“Si entendí correctamente, hubo una gran ovación para los bomberos al final de esta operación”, dijo el jefe del servicio de gestión de emergencias del estado de Victoria, Andrew Crisp, en la televisión ABC.
La alegría fue de corta duración para muchos residentes que encontraron sus casas completamente destruidas. La ciudad también podría permanecer aislada del mundo durante semanas. Ha comenzado el lanzamiento de víveres y un barco cargado con comida para dos semanas debería llegar el miércoles.
Gary Hinton, vecino de la ciudad de Cobargo, en Nueva Gales del Sur, logró escapar de las llamas el martes por la mañana.
Cuando regresó a la ciudad, tras el paso del incendio, pudo comprobar que la casa de su padre estaba en gran parte intacta pero que muchos edificios acabaron destrozados. “Es bastante catastrófico para todo el mundo”, declaró a la AFP.
Las temperaturas más bajas y los vientos menos fuertes dieron un respiro a los bomberos el miércoles, pero las condiciones volverán a favorecer la progresión de los incendios a partir del sábado.
Las autoridades también están preocupadas por el estallido de nuevos incendios en regiones montañosas. “Mucha gente está de vacaciones en estas áreas”, afirma Andrew Crisp. “Haremos de estos incendios nuestra prioridad y los combatiremos con toda la fuerza que podamos”.
Un total de 14 personas han muerto y más de 1.000 casas han sido destruidas desde el comienzo de la temporada de incendios en septiembre. Alrededor de 5,5 millones de hectáreas han ardido, o sea más que la superficie de un país como Dinamarca u Holanda.
El gobierno del primer ministro Scott Morrison es blanco de las críticas. Morrison se fue de vacaciones a Hawái en plena crisis de los incendios en diciembre. También ha renovado su apoyo a la lucrativa pero altamente contaminante industria del carbón australiana, pese a que el calentamiento global es uno de los motivos de que esta temporada sea peor que otras.
(Con información de AFP)
Fuente_ Infobae