A más de dos semanas del crimen de Aralí Vivas, la nena de ocho años que fue asesinada en la localidad de Brinkmann, el informe de la autopsia logró confirmar que la menor fue abusada por su padrastro, Matías Ezequiel Simeone, y el amigo de este, Cristian Hernán Varela, antes de su muerte.
Por este motivo, la fiscalía, a cargo de Oscar Gieco, volvió a agravar las imputaciones contra ambos y pasaron a estar acusados de “homicidio criminis causa”, es decir, un asesinato que se comete para ocultar un delito anterior. Antes de los últimos resultados, los sospechosos habían sido imputados por “homicidio simple” y luego por “homicidio calificado por el vínculo”.
Esta decisión por parte del fiscal se llevó a cabo después de que se diera a conocer el informe del estudio forense, en el que se afirma sobre la presencia de material genético masculino en el cuerpo de la nena de ocho años. Este detalle era lo que faltaba para constatar lo que los investigadores ya sospechaban: que Aralí fue abusada sexualmente antes de ser asesinada.
De esta manera, tanto Simeone como Varela se encuentran acusados de un delito que podría derivarlos en la condena a prisión perpetua.
Además de los resultados de la autopsia, la Justicia tiene en sus manos los registros de los llamados telefónicos que comprueban que el padrastro de Aralí y el amigo intercambiaron varias comunicaciones horas antes y después del crimen.
Otro punto clave fueron los testimonios de los vecinos y familiares que mencionaron que en la casa de la calle Caseros -donde vivía la menor- habrían ocurrido diferentes tipos de abusos. También ratificaron la presencia frecuente de los acusados en el lugar.
Por otra parte, también se encuentra detenida la mamá de la nena asesinada, Rocío Milagros Rauch, quien está imputada como partícipe necesario de homicidio calificado por el vínculo, por comisión por omisión. Esta acusación se basa en que, pese a que no está vinculada materialmente con el asesinato de Aralí, la mujer no se encontraba en la casa al momento del hecho.
Asimismo, este martes se dio a conocer que el fiscal Gieco, que tomó la causa desde el primer día, se apartó para que la investigación quede en manos de la fiscal de Morteros, Yamila Di Tocco. En este sentido, la funcionaria deberá continuar con las pericias.
También tendrá que indagar en las responsabilidades de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) debido a la reinserción de Aralí y sus hermanos a la casa de su mamá y su padrastro, a pesar de los problemas de adicción y maltratos.
Fuente: tn
