El FC Barcelona oficializó la destitución del DT Quique Setién sin anunciar quién será su relevo, aunque el holandés Ronald Koeman, mito el club catalán y artífice de su primera Copa de Europa, es el elegido para reconstruir un proyecto ganador que retenga al astro argentino Lionel Messi.
Tras una reunión extraordinaria de cuatro horas en las oficinas del Camp Nou, la Junta Directiva del Barcelona, encabezada por Josep María Bartomeu -con algunos miembros presentes de forma virtual-, comunicó la salida de Setién y que no se celebrarán elecciones presidenciales anticipadas.
“Quique Setién deja de ser el entrenador del primer equipo. El nuevo entrenador será anunciado en los próximos días, en el marco de una amplia reestructuración”, informó la entidad en un comunicado.
El relevo del DT cántabro era un hecho y había sido anticipado por el propio Bartomeu tras la crisis desatada por la traumática eliminación de la fase final de Champions League de Lisboa, donde el conjunto catalán cayó el viernes último ante el Bayern Munich por un humillante 8-2. Pero también existía un fuerte reclamo para que la actual directiva culé dé un paso al costado, algo que no sucederá a pesar de los creciente rumores de que Messi transmitió su intención de abandonar ya mismo el club con el que lo ganó todo y en el que quería culminar su carrera.
A pesar de la fuerte presión social, Bartomeu no dimitirá de su cargo sino que buscará culminar su mandato celebrando las elecciones internas “el primer día de partido a partir del 15 de marzo de 2021”, es decir, dentro de los plazos previstos antes de que estallara la actual crisis deportiva e institucional que mantiene en vilo al Barcelona.
“La Junta entiende que la convocatoria de las elecciones de manera inmediata no es viable teniendo en cuenta que el campeonato de Liga comenzará el fin de semana del 12 de septiembre, y el marco derivado de la crisis de la Covid-19, tanto en el ámbito económico como social”, dicen los cuestionados directivos del conjunto culé.
No obstante, la dirigencia afirma que “continuará implementando el plan de choque para revertir la situación deportiva y económica, basado en cambios profundos en el primer equipo, y una redefinición presupuestaria para hacer frente a la nueva situación provocada por el Covid-19, antes de finalizar este mandato”.
El presidente del Barça aspira a salvar la difícil situación con la contratación de Koeman, con quien negocia personalmente para cerrar su inminente llegada al Camp Nou con un contrato de dos temporadas, aunque la segunda quedará a expensas de la próxima junta directiva, según fuentes citadas por la prensa deportiva catalana.
En el imaginario colectivo de los hinchas culé, el nombre de Ronald Koeman está unido al primer éxito del Barcelona en Europa, la conquista de la Copa en Wembley en 1992, con un gol suyo que supuso derribar el muro del fracaso con el que se había chocado el club catalán hasta entonces en comparación con otros grandes clubes europeos del momento.
La Copa de Europa de Wembley fue la única del Barcelona hasta 2006, cuando llegó la primera Champions League de la mano del también holandés Frank Rijkaard, a la que siguió la conquista de Roma en 2009 del equipo de Pep Guardiola, con el crack argentino Leo Messi deslumbrando en el tridente goleador. El “Pep Team” también se consagraría campeón en 2011, mientras la quinta y última Champions llegó en 2015 de la mano de Luis Enrique, siempre con Messi como estandarte.
La contratación de Koeman, que todavía no está cerrada, busca tener un efecto revulsivo, comenzando por lo anímico, en busca de generar esperanza y un clima de comienzo de un nuevo ciclo. A partir de ahora, Bartomeu gana tiempo y confía en que el DT neerlandés tendrá el peso suficiente para imponer una “limpieza” en el plantel y, además, convencer a Messi para que se quede.
La salida del astro argentino del club al que llegó con 13 años se planteó como una posibilidad, si bien muy pocos clubes europeos pueden hacerse cargo de su sueldo anual (superior a los 50 millones de euros según distintas fuentes), mientras la cláusula de rescisión directamente sería imposible de asumir, al estar cifrada en unos 700 millones de euros, de acuerdo con los medios catalanes.
El actual contrato de Messi vence a mediados de 2021, con lo que Koeman tendría una temporada para demostrar que puede reconstruir un equipo ganador. El club no cuenta con suficientes recursos económicos para hacer frente a grandes contrataciones, de ahí que puso en el mercado a buena parte del plantel, con la excepción de Ter Stegen, De Jong y Messi, así como los jóvenes ascendidos de la “cantera”, Ansu Fati y Riqui Puig.
Ofertas no le faltan. El Manchester United estaría interesado en contratar a Dembélé, Rakitic, Arturo Vidal y Umtiti, según el Manchester Evening News, mientras el Ajax de Amsterdam parece querer recuperar a Luis Suárez. Messi quizás tendrá que aceptar, como hizo con la selección argentina, el hecho de perder a varios de sus viejos compañeros en post de una renovación generacional.
“El Barcelona es Messi y creo que si Messi decide marcharse, tenemos que buscar otro nombre. La suerte que tenemos en Barcelona es que tenemos al mejor jugador del mundo y de todos los tiempos, tenemos que hacer todo para que termine su carrera en el Barcelona”, dijo hoy el camerunés Samuel Eto’o a TyC Sport, soñando con la continuidad de su amigo, al que considera como un “hijo”.