La comunidad de la Capilla San Roque, perteneciente a la parroquia Santiago Apóstol, celebró a su santo patrono en la santa misa que se desarrolló este domingo en el barrio Sarmiento.
La ceremonia, sin presencia de fieles, estuvo a cargo del padre José Guadalupe Prado Guevara y se hizo con el lema «Con San Roque y la Virgen María, servidores de esperanza».
En su homilía el párroco destacó: «¿Cristo es el redentor del pueblo judío o es el redentor de todos los pueblos? Es el redentor de todos los pueblos, de todas las culturas; parece que contradice el propio Señor cuando dice ‘Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel’; lo dijo para que descubrieran los judíos que él había venido no sólo por Israel sino también por todos los pueblos a los que ellos llamaban pueblos paganos».
También indicó: «Podríamos pensar que los que somos de la iglesia Católica, que hemos recibido el bautismo, que somos catequistas, adoradores, sacerdotes o religiosos, tenemos toda la verdad y toda la salvación. Podríamos caer en ese fariseísmo y Cristo ha venido a romper todas esas limitaciones o fronteras de razas de cultura, de pueblos.
Él se hizo hombre como redentor y mesías para salvar a todos, para anunciar su evangelio, para sucitar la fe en todas las personas judíos y no judíos, católicos y no católicos, creyentes y no creyentes, píos, santos, devotos, impíos y no tan devotos, él quiere que todos se salven, que todos se conozcan; por eso con este evangelio viene a darnos este gran mensaje, él es el Redentor y su casa es casa de oración para todos los pueblos».
«En este marco de la fiesta de San Roque -continuó- que sintonizaba con Cristo como Salvador Universal, la iglesia como unidad de los bautizados, de los creyentes en Cristo, de los llamados a ser discípulos misioneros, pido abramos la conciencia, la mente, el corazón, las actitudes para pensar que no somos los únicos depositorios de la verdad ni la salvación. El Señor ha encomendado al Papa y a los Obispos que cuiden el depósito de la fe, para que se mantenga fiel su palabra, pero esto no quiere decir que nosotros somos los únicos llamados a la salvación, somos llamados a ser discípulos misioneros en torno a Cristo».
Fiinalmente pidió: «Que la Nuestra Señora del Valle y San Roque nos acompañen como Iglesia en esta tarea de ser, con el anuncio de la palabra, con la celebración de la misa y los sacramentos, con los servicios de caridad y solidaridad y el cuidado de la casa común, un signo cada vez más claro de la presencia del amor de Dios para que todos encuentren en Cristo la salvación eterna».