River repitió los mismos errores que lo hicieron besar la lona en Chaco y se quedó con las manos vacías ante su acérrimo rival. No pudo arañar ni siquiera un empate en Mendoza, ya que fue muy impreciso en ataque y cuando se equivocó en defensa, lo pagó muy caro. A Boca le alcanzó con un par de llegadas de peligro para facturar en el arco defendido por Vega y pese a no tener a todos sus titulares en la faz ofensiva, fue más práctico y efectivo que el “Millonario”.
Para peores, los de Almeyda sufrieron la pérdida en el arranque del partido de David Trezeguet, quien sintió una molestia a los 9 minutos del primer tiempo y debió salir insultando al aire de bronca. A una semana de la reanudación del campeonato de la B Nacional, el “Pelado” pierde a una de sus piezas más importantes. Importante, porque si algo mostró River ante Boca, fue la falta de gol que padece, un déficit a cambiar de cara al torneo.
Volcado en la firmeza de su defensa y la seguridad de su arquero, los de Falcioni golpearon cuando debían y después se aferraron a la victoria sin arriesgar demasiado. El técnico se fue muy contento por el triunfo y más que nada, porque no sufrió lesiones de gravedad, aunque a Schiavi le realizarán exámenes médicos por una dolencia que lo marginó de jugar el segundo tiempo.
Así, la Copa de verano quedó en manos de los “Xeneizes”, que marcaron en los resultados la diferencia de la categoría y que con Juan Román Riquelme, Santiago Silva y Darío Cvitanich desde el arranque, juran dar batalla en la próxima Copa Libertadores, como así también en el Clausura y la Copa Argentina. Los “Millonarios” no pudieron brindarle una alegría a su gente, pero tienen la mira fijada en un solo objetivo: obtener el ascenso y olvidar su paso por la B Nacional.