Boca va por otra estrella y Tigre un nuevo «batacazo» en la final de Córdoba

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Boca Juniors irá este domingo en busca de una nueva estrella para su escudo ante un rival peligroso como Tigre que intentará generar otro «batacazo» como sucedió hace tres años ante los «Xeneizes» y 10 días atrás frente a River Plate, esta vez en la final de la Copa de la Liga a jugarse en Córdoba.

La final que consagrará al primer campeón a nivel doméstico del año en la Argentina se jugará este domingo, a partir de las 16, en el estadio Mario Alberto Kempes, en Córdoba, será arbitrado por el neuquino Darío Herrera y televisado por ESPN Premium.

A cargo del VAR estará Mauro Vigliano y si el partido finaliza igualado al cabo de los 90 minutos, habrá tiempo extra de 30 minutos para definir al campeón, aunque de persistir la igualdad se recurrirá a definición con remates desde el punto de penal.

Boca, con 71 títulos locales sumadas la era amateur (14) y profesional (57), intentará saldar la asignatura pendiente que tiene en «La Docta», donde perdió las dos últimas finales que jugó ante San Lorenzo por la Supercopa Argentina en 2016 y frente a Tigre por la Copa de la Superliga en 2019.

El equipo dirigido por Sebastián Battaglia asumirá su primera final del semestre, con la gran recompensa de que si gana obtendrá el título y la clasificación para la Libertadores de 2023, mientras que la segunda será el jueves próximo en La Bombonera ante Deportivo Cali, al que necesitará vencer para avanzar a los octavos de final de la actual edición de la Copa.

Por esa razón, Battaglia pondrá en Córdoba a su 11 de gala, con dos cambios en relación a la formación que el martes último igualó con Corinthians (1-1) en La Boca, que serán los regresos de dos piezas claves como el defensor Marcos Rojo y el delantero Sebastián Villa, ambos suspendidos en la Copa.

Los que saldrán del equipo serán el peruano Carlos Zambrano y el delantero bandeño Exequiel Zeballos.

Boca construyó su campaña en la Copa de la Liga con un segundo puesto en la Zona B detrás de Estudiantes de La Plata, luego en los mano a mano eliminó a Defensa y Justicia y a Racing Club.

Tigre, por su parte fue cuarto en el mismo grupo que los «Xeneizes» y en los mano a mano eliminó a River Plate y Argentinos Juniors, mientras que ante Boca jugó por última vez en la última fecha de la zona y perdió en Victoria por 2-0 con goles de Darío Benedetto y Luis Vázquez.

El «Matador» de Victoria disputará la instancia final del torneo, con la enorme chance de que si la gana estará en la Libertadores del año próximo, a tan solo cinco meses de lograr el ascenso a Primera División, y en caso de alzar el trofeo logrará una marca que muy pocos equipos tienen: regresar a la máxima categoría y ser campeón.

En Boca, el plantel de Battaglia será hacerse fuerte en el mediocampo, con la presencia de Guillermo «Pol» Fernández, el estratega del equipo, el paraguayo Oscar Romero, de gran pegada, y sobre todo de Alan Varela, quien se adueñó del puesto de volante central y le cambió la cara al equipo con presencia, corte y buen pie.

Lo más peligroso de Boca está en la ofensiva, con el goleador Darío «Pipa» Benedetto, Eduardo «Toto» Salvio y el colombiano Sebastián Villa, el jugador más desequilibrante del equipo con una velocidad descomunal y que está involucrado en una segunda causa judicial como imputado por «abuso sexual agravado con acceso carnal».

Villa, de 26 años, tiene una anterior causa de violencia de género elevada a juicio oral y hace una semana volvió a ser denunciado pero por otra mujer que lo acusó en la UFI 3 de Esteban Echeverría por abuso sexual y tentativa de homicidio.

Tigre, dirigido por Diego Martínez, el DT con el que logró el ascenso desde la Primera Nacional, tendrá en el mediocampo a su capitán y hombre clave, el entrerriano de Crespo Sebastián Prediger, quien dejó atrás una molestia muscular y será de la partida.

Lo más saliente de Tigre es la recuperación de la pelota en el mediocampo con Prediger y Ezequiel «Equi» Fernández, el buen trato de pelota de Cristian Zabala, Facundo Colidio y Alexis Castro, y la peligrosidad del delantero de área Mateo Retegui, quien jugó un gran partido ante River con gol incluido y le sacó el puesto al que era titular durante casi todo el año, Pablo Magnín.

Se presume que será una final de desarrollo parejo, porque Tigre es un equipo trabajado y Boca tiene experiencia en partidos decisivos, además de la jerarquía individual de jugadores como Marcos Rojo, Benedetto, Villa y los laterales extranjeros, el peruano Luis Advíncula y el colombiano Frank Fabra.

En total, Boca y Tigre se enfrentaron en 78 partidos oficiales, con 51 victorias de los «Xeneizes» contra 14 del «Matador» y 13 empates.

Boca también prevalece en la cantidad de goles marcados: 183 tantos contra 82 del equipo de Victoria.

La final promete un marco espectacular en las tribunas del estadio cordobés, con 52.000 hinchas y entradas agotadas, 35 mil por el lado de Boca y 17 mil para los de Tigre.

Fuente: telam

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