El arzobispo de Santiago del Estero, Vicente Bokalic CM, presidió la apertura de un Templo Jubilar en la ciudad de La Banda; en su mensaje instó a los fieles a mostrar su amor a Dios respetando a los hermanos, sirviendo a los pobres, acompañando a los que sufren.
En el inicio de su reflexión, el Cardenal Primado de Argentina señaló, «vamos acercándonos a la Semana Santa, la semana más grande para los cristianos, los días más importantres para nosotros como hijos de Dios, como pueblo peregrino».
«Debemos llegar a la Pascua como hombres y mujeres nuevos, no porque vamos a cambiar de ropa, no porque vamos a cambiar de figura queremos llegar a la Pascua renovados interiormente, que haya algo nuevo, que podamos decir el Señor está pasando por mi vida», agregó el prelado santiagueño.
Profundizó diciendo, «la Pascua es esto, es el paso de Dios; queremos dejar una vida de tristeza, de egoísmo, de pensar en nosotros, de aprovecharnos de los demás, de no compartir los talentos, dones con los hermanos, tantas cosas que nos tienen pensando en nosotros y nos olvidamos de los demás».
Más adelante el purpurado preguntó, «cuál es el mandamiento más importante: Amar a Dios por sobre todas las cosas. Dios había visto el lamento, las tremendas injusticias que padecía el pueblo, y le pidió a Moises que vaya a liberar a su pueblo como signo de amor. Porque Dios nos hizo para la libertad, nos dio la dignidad de personas, somos lo más importante de la creación».
«Nuestro amor a Dios es una respuesta al amor que hemos recibido. Para saber que Dios me quiere solo tengo que contemplar la naturaleza y el gran signo del amor de Dios, es que envío a su hijo Jesús», sostuvo monseñor Bokalic.
Seguidamente añadió, «cada vez que nosotros dudemos de la existencia de Dios, que se olvidó de mí en medio de tantos sufrimientos qe nos toca padecer, violencia, tanta falta de dignidad al ser humano debemos mirar la cruz, signo más grande del amor de Dios, no sólo nos envío a su hijo sino que entregó su vida por nosotros».
El pastor de la Iglesia santiagueña manifestó, «no podemos decir que amamos a Dios si nosotros no amamos, no respetamos a nuestros hermanos. La respuesta a ese amor de Dios, es cuando nos jugamos por el hermano, damos la vida por los demás. Tantos gestos que vimos en la época de la pandemia que arriesgaban sus vidas por los demás».
«Nosotros podemos decir amo a Dios cuando yo quiero a mi hermano, cuando me comprometo con el bien de la comunidad, cuando vamos a servir a los pobres, cuando acompañamos a los que sufren. Esto es lo más importante en nuestras vidas y que bien nos hace esto. Qué es lo más imporante en nuestras vidas, amar a Dios; pero lo amamos a Dios sirviendo, perdonando, ayudando», expresó el Cardenal argentino.
Finalmente el arzobispo santiagueño consignó, «el verdadero jubileo nace cuando fortalecidos por el amor de Dios, vamos a peregrinar a nuestros hermanos. Peregrinación es visitar a un enfermo, hospitales, sanatorios, cárceles, a los chicos que están en proceso de recuperación de sus adicciones. Acompañar a tantos abuelos solos, descuidados, sumergidos por las autoridades viviendo tantas miserias, esa es la peregrinación que debemos hacer nosotros. El Señor nos envía a los demás. Por eso debemos ser signos de esperanza».