Boris Johnson demora el final del desconfinamiento por un repunte de los contagios

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El primer ministro británico, Boris Johnson, pospuso ayer por cuatro semanas el levantamiento de las últimas restricciones contra el nuevo coronavirus en Inglaterra, con la esperanza de frenar el rápido auge de la variante delta a través de un nuevo avance de su exitosa campaña de vacunación.

Casi 41,7 millones de personas, 79% de la población adulta, ya han recibido la primera inyección de una vacuna del covid-19 y entre ellos 30 millones -57% de los adultos- las dos dosis necesarias.

Mary Ramsay, responsable de vacunación de Salud Pública de Inglaterra (PHE), resaltó como “absolutamente vital recibir ambas dosis tan pronto como se ofrezcan para obtener la máxima protección contra todas las variantes existentes y emergentes”.

“Creo que es sensato esperar un poco más”, afirmó ayer en una conferencia de prensa, al anunciar la “muy difícil decisión” de aplazar el desconfinamiento total del 21 de junio al 19 de julio.

Enfrentado a una mutación mucho más contagiosa del virus SARS-CoV-2, detectada en el sur de Inglaterra a finales de año e identificada después como alfa por la Organización Mundial de la Salud (OMS), su Gobierno impuso un estricto confinamiento a principios de enero, que empezó a levantar muy gradualmente a finales de marzo.

Poco a poco fueron reabriendo escuelas, comercios no esenciales, bares, cines, museos y restaurantes, devolviendo a los británicos parte de su libertad.

El Gobierno redujo de cuatro a tres el nivel de alerta, en una escala de cinco, gracias a la disminución del número de casos y la presión sobre los hospitales: actualmente hay unas mil personas internadas con covid-19 en un país de 66 millones de habitantes.

Solo faltaba permitir la reapertura de discotecas y otros locales de ocio nocturno con la posibilidad de bailar o tomarse una copa en la barra, grandes eventos como los conciertos multitudinarios y el fin del teletrabajo.

Sin embargo la variante Delta, originalmente identificada en India, vino a interponerse en esa hoja de ruta.

Entre 40% y 80% más contagiosa que la alfa, es ahora responsable del 96% de los nuevos casos en el Reino Unido, el país más castigado de Europa por la pandemia. Eso ha elevado bruscamente los contagios diarios de 2.000 a 7.000.

Sin tomar medidas, defendió el primer ministro, podría provocar también una disparada de las hospitalizaciones.

El retraso deberá ser sometido a la aprobación del Parlamento y amenaza con enfurecer a buena parte de los diputados del Partido Conservador de Johnson.

Supone además un enorme revés para muchos negocios que esperaban una reapertura completa al principio del verano para compensar las pérdidas sufridas con los tres confinamientos impuestos desde marzo de 2020.

“Las empresas de ocio nocturno han esperado pacientemente para reabrir durante más de quince meses, muchas no han sobrevivido, algunas están al borde del abismo financiero y se han perdido cientos de miles de puestos de trabajo”, denunció Michael Kill, presidente de la Night Time Industry Association.

La federación británica de hostelería cifró por su parte en 3.000 millones de libras –4.200 millones de dólares– la pérdida de ingresos para el sector con el mes de retraso. El célebre compositor Andrew Lloyd Webber, cuyos musicales como “Cats” y “El fantasma de la ópera” han cosechado grandes éxitos en Londres y Nueva York, ya advirtió que tiene la intención de reabrir su teatro para estrenar “Cenicienta”, aunque tenga que arriesgarse a ir a la cárcel.

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