Brasil registró hasta este sábado un total de 6.750 muertes por coronavirus, con 421 nuevos fallecidos en las últimas 24 horas, mientras el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro salió de nuevo de paseo en contra de las recomendaciones sanitarias.
El Ministerio de Salud informó en su balance diario que el número de casos confirmados por la COVID-19 aumentó en 4.970 en el último día, lo que elevó el total de contagios en el país hasta los 96.559.
Brasil es el primer país de América con más infectados por la enfermedad, aunque, según cálculos realizados por científicos brasileños, el enorme subregistro existente en el país podría situar el número de casos en torno a los 1,2 millones, por encima de Estados Unidos.
Además, las autoridades sanitarias investigan la muerte de otras 1.330 personas que podrían perdido la vida por causa del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que continúa su expansión por este país de 210 millones de habitantes.
El número de recuperados se situó este sábado en los 40.937, equivalente al 42% del total.
Imagen de archivo del líder comunitario William de Oliveira en la favela de Rocinha durante la pandemia del COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, en Rio de Janeiro, Brasil. 29 de abril, 2020. REUTERS/Ricardo Moraes/ArchivoBolsonaro da un nuevo paseo en contra de las recomendaciones
El mandatario realizó este sábado un nuevo paseo, fuera de la agenda oficial, por la ciudad de Cristalina, a unos 150 kilómetros de Brasilia, lo que provocó aglomeraciones de seguidores que querían ver de cerca al líder ultraderechista.
Bolsonaro visitó algunos comercios, saludó a sus simpatizantes y posó para fotografías contrariando las recomendaciones del Ministerio de Salud y de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los paseos del presidente en localidades próximas a Brasilia se han convertido en habituales desde el inicio de la crisis del coronavirus porque, según él, su deber es “estar con el pueblo”.
Bolsonaro es uno de los mayores escépticos sobre la gravedad de la COVID-19, a la que califica de “gripecita”, defiende el fin de las medidas de aislamiento y anima a los brasileños a que vuelvan a sus puestos de trabajo.
Jair Bolsonaro en las afueras del Palacio del Planalto REUTERS/Ueslei MarcelinoTambién insinuó que no puede hacer nada ante el crecimiento de los fallecimientos por coronavirus, por los que responsabilizó a los gobernadores y alcaldes, que han sido los que han impulsado medidas de distanciamiento en el país.
Esta semana, preguntado sobre el aumento de las muertes en el país, y el hecho de que el mismo superó a China, epicentro de la pandemia, el jefe de Estado respondió: “¿Y qué? Lo lamento, pero ¿qué quieren que haga?”.
Los dos estados brasileños más golpeados por la pandemia son San Pablo, con 2.586 muertes y 31.174 infectados, y Río de Janeiro, que registra 971 óbitos y 10.546 contagios.
Los sistemas sanitarios de ambas regiones, que han paralizado sus economías para contener el virus, se encuentran cerca del límite, a la espera del pico de la pandemia, previsto para las próximas semanas, según el Ministerio de Salud.
Reos de la prisión Puraquequara protestan en el techo durante un motín luego de un brote de COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, en Manaos, Brasil. 2 de mayo, 2020. REUTERS/Bruno KellyTambién preocupa la situación del estado de Amazonas, que, con 501 fallecidos y 6.062 casos, tiene sus servicios sanitarios y funerarios completamente desbordados.
Este sábado, presos de una cárcel de Manaos, la capital de Amazonas, se amotinaron e hicieron rehenes a siete agentes penitenciarios para exigir mejores condiciones, las cuales se han visto aún más degradas desde el inicio de la crisis sanitaria.
Horas después, el gobierno regional dio por terminada la rebelión que dejó 17 heridos y ningún muerto.