«Bullrich bolsonariza la política»: las fuertes definiciones del padre Pepe Di Paola

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Habla pausado. Con un medido tono medio que contrasta con la contundencia y potencia de lo que dice. «Hay más pobres. Vivimos en un modelo de descarte de los jóvenes, los ancianos, de los que menos tienen», le dice a Infobae.

El padre Pepe es José María di Paola. Nacido en Burzaco en 1962 y ordenado sacerdote en 1987, se ha dedicado, desde entonces, a la tarea de la pastoral social. Durante 14 años, fue párroco de la Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, en la villa 21–24 y Zavaleta, Barracas, de donde tuvo que irse tras recibir amenazas de muerte de narcotraficantes.

Pasó dos años en Santiago del Estero y volvió para trabajar en el conturbado bonaerense más pobre. Actualmente vive en villa La Cárcova, un asentamiento de la localidad de José León Suarez, partido de San Martín, en donde ha hecho un milagro pagano: asistir a los pibes que se drogan, acompañar a las madres privadas de todo, asistir a sus vecinos día a día.

Alguna vez alguien dijo que los curas como Pepe predican el Evangelio con su cuerpo.  No hay mucho más que agregar a eso. Apenas escucharlo. Con el silencio respetuoso hacia los que viven lo que explica, ponen mano concreta a lo que reclaman como solución.

Aquí, las 10 definiciones del padre Pepe:

«Yo no confiaba, yo no puse el voto en Cambiemos pero sin embargo creo que todo este año se fueron deteriorando los signos que por ahí en la villa son importantes, por ejemplo el trabajo».

«Hay más pobreza, sin dudas».

«Hoy día se perdió la changa, hoy día hay hombres que se quedaron sin trabajo, hay más gente que está cartoneando, hay más gente que está pidiéndote alguna ayuda».

«Creo que eso de que se hablaba de pobreza cero y bueno, y un montón de cosas que realmente no se dan ni se van a dar y, además, empeoraron la situación».

«No hay una política seria en contra del narcotráfico».

«Para mí éste es el modelo. Para mí es un modelo que se ha metido en la Argentina en estos últimos tiempos como una propuesta Boca-River y que  nos tiene como entretenidos».

«El protocolo de seguridad (de Patricia Bullrich) es la ‘bolsonarización’ de la política argentina».

«Decir que los movimientos sociales están en el narcotráfico es una mirada simplista. Los movimientos sociales han ocupado un espacio realmente importante en donde está la nada, porque no hay trabajo, no hay más trabajo, no hay  sindicatos».

«Creo que el Ravi Shankar o cualquiera de esos no le va a poder transmitir (al presidente) lo que pasa. Porque no son, yo te diría, situaciones de fe que estén comprometidas con el pueblo, o con los pobres».

«Es muy mala la decisión de María Eugenia Vidal de las apuestas online. Es como crear un casino en cada casa.  En los ambientes más pobre general la sensación de que te vas a salvar yendo (al juego)».

Aquí, la nota completa:

— ¿Cómo terminas este año?

— A nivel de la parroquia bien, contento porque realmente la parroquia creció en participación, en profundidad. Pudimos iniciar nuevas tareas que eran importantes para un barrio que estaba muy abandonado. Así que en ese nivel bien. Lo que es a nivel del país y, bueno, más bien defraudado con muchas cosas que uno no tenía tantas expectativas pero creo que no fueron buenas, no fue un buen año.

— Contame, esta defraudación por dónde pasa especialmente.

— Yo creo que no, es decir, yo no confiaba, yo no puse el voto en Cambiemos pero sin embargo creo que todo este año se fueron deteriorando los signos que por ahí en la villa son importantes, por ejemplo el trabajo. El trabajo que fue perdiendo la clase media o que fue quizás achicándose en cuanto al bolsillo repercutió en los barrios nuestros. Entonces hoy día se perdió la changa, hoy día hay hombres que se quedaron sin trabajo, hay más gente que está cartoneando, hay más gente que está pidiéndote alguna ayuda. Entonces creo que eso de que se hablaba de pobreza cero y, bueno, un montón de cosas que realmente no se dan ni se van a dar. Entonces, en ese sentido, creo que tenemos un desafío muy grande porque además las poblaciones con las que trabajamos son poblaciones que necesitan capacitación muchas veces para el trabajo y bueno, estamos en eso. Al menos en la parroquia y en muchas parroquias de las villas estamos trabajando fuertemente en eso, capacitación y posibilidad de generar emprendimientos. Pero la verdad es que no vemos un panorama muy bueno.

— Esto es interesante lo que decís porque en barrios como los tuyos la pérdida de la changa se siente inmediatamente, se percibe inmediatamente.

— Sin dudas. Yo creo que hoy día la fortaleza que todavía tienen es la Asignación Universal o por ahí algunos de los programas que pueden existir a través de los movimientos sociales, que es un dinero más. Pero es algo que les permite quizás iniciar un emprendimiento en casa. Pero el trabajo que hacían y que dependía del bolsillo de la clase media lo van perdiendo. Porque claro, la clase media también empieza a achicar ciertos gastos que antes podía hacer, cortar el pasto, pintar la pared. Bueno, todas esas cosas son las que van repercutiendo en la vida cotidiana del barrio.

— ¿Y qué te pasa cuando escuchas que alguien describe a los movimientos sociales como los que favorecen el narcotráfico o generan más tensión social?

— Yo creo que es una mirada simplista. O sea, los movimientos sociales han ocupado un espacio realmente importante en donde está la nada, porque no hay trabajo, no hay más trabajo, no están dentro de los sindicatos por lo tanto al no estar trabajando no son obreros que estén sindicalizados, que tengan su obra social. Vienen a ocupar un lugar bastante importante por suerte dentro de este esquema de descarte que tuvo la Argentina en este tiempo.

— ¿Vivimos un tiempo de un modelo de descarte?

— Sí, yo creo que sí. Y creo que es importante que estos movimientos sociales conserven esa identidad, ¿no? Porque los movimientos sociales están brindando un servicio interesante para mucha gente y tienen que conservar esa naturaleza.

— Usó la palabra descarte como terminología del propio Papa, ¿no? ¿Los descartados hoy en nuestro país quiénes son?

— Te diría por un lado los sectores, mucho los jóvenes, ¿no? Por otro lado, tenés los barrios populares o las villas. Tenés los ancianos. Tenés la gente que acude a los hospitales que no tienen lo mínimo, en todo el país. Son la gente que se me ocurre ahora decirte. Pero sin dudas podríamos hacer una lista muy grande. Son los chicos adictos, adictos a la droga, adictos a la violencia también porque las armas y la droga muchas veces van de la mano. Nosotros lo dijimos en el 2009 y desde el 2009 ya pasaron casi 10 años y realmente no se tomó en serio. Y pensamos que ese cóctel de violencia va deteriorando la vida de las personas. Y descartables, por ejemplo, también son los chicos que murieron en la comisaria el otro día en Esteban Echeverría y que no tuvo la trascendencia que debería haber tenido, murieron nueve chicos, nueve chicos, nueve personas porque son adultos, antes mueren en Pergamino. O sea, esto que las comisarías no tienen que ser lugares de detención sino que tienen que ser lugares de paso. Claro, yo formo parte de la Comisión de la Memoria y lo hemos dicho en todos los documentos todos los años encabezados por (Adolfo) Pérez Esquivel y nunca se resuelve. Pero esto desde hace años, es una herencia de años, de decir éste punto donde está en juego la vida de las personas.

— Vos hablas del narcotráfico, que en el caso tuyo personal te costó cuestiones no menores. ¿Hay de verdad una política seria de combate al narcotráfico y de contención a quienes son las víctimas de la caída en la droga o no?

— No. Yo creo que del combate con el narcotráfico la verdad no soy ni especialista. Lo que sí te diría es lo que tiene que ver con la prevención y la recuperación nosotros le pedimos en su momento a Macri que lo declare emergencia, y lo declaró de emergencia. La SEDRONAR dispuso de algunos medios más, quizás con una buena conducción de (Roberto) Moro, el secretario, y de una gran participación de la Iglesia y de los movimientos sociales organizando centros de abordaje territorial, nosotros los llamamos los Hogares de Cristo, que empezamos en el 2008. Pero no alcanza, no alcanza. Si uno dice que es emergencia, emergencia significa que tiene que estar en todo el país, que tiene que estar a disposición de todos los municipios, de las poblaciones más lejanas. Nosotros, por ejemplo, tenemos casas en distintos lugares, tenemos más de cien casas. Que se van morigerando, nosotros nuestro grupo se constituyó como federación y tenés desde un cura que respondió a la población trans y tiene un centro de atención para esta población que es muy vulnerada, tiene grandes problemas inclusive de salud entonces necesita una atención especial porque además del problema de adicción tienen problemas de salud serios. Otros para la población que sale de la cárcel. Bueno, tuvo la facilidad de moldearlo quizás a las necesidades de cada lugar.

-¿Y qué pasa con el Estado?

-Ahora, el Estado no ve estas cosas. O sea, el Estado tiene que ocuparse con mayor seriedad. En un hospital tiene que haber camas de desintoxicación. En un hospital tiene que haber  psicólogos y psiquiatras atendiendo permanentemente la demanda que tiene la gente. Las madres están desesperadas en cualquier parte de la Argentina sin saber qué hacer. Entonces, por más que haya delegaciones de la SEDRONAR, no le alcanza. Esto es algo transversal, es decir, no solamente tiene que ser el trabajo de la SEDRONAR sino que tiene que ser el trabajo del Ministerio de Trabajo, el trabajo del Ministerio de Producción. Todos tienen que estar vinculados al trabajo de la adicción. Porque a un chico lo recuperás, pero lo tenés que capacitar, tenés que esperarlo, no va a trabajar igual que un pibe que nunca pasó por la droga. Entonces hay un trabajo que, o lo hacemos en serio y nos metemos realmente a trabajar en serio, o siempre va a quedar reducido al esfuerzo de aquellos que nos ponemos este tema al hombro. Pero evidentemente la población es tan grande y con tantas necesidades que no vamos a llegar.

— ¿Qué impresión tenés? Este modelo que decís que genera descarte, que genera exclusión, ¿es porque no le sale o porque en realidad éste es el modelo?

— Yo te digo, para mí éste es el modelo. Para mí es un modelo que se ha metido en la Argentina en estos últimos tiempos como una propuesta y que además nos tiene como entretenidos. Digo, esto de Boca y River fue un reality show de dos meses. Durante dos meses vino Trump, se fue Trump, vino el G20, murieron estas nueve personas en la comisaria de Esteban Echeverría, bueno, y pasaron mil cosas más. Pero son los temas de los argentinos que son los temas que no hablamos. Te diría es una preocupación de que la política también y las organizaciones de todo tipo, la Iglesia, todo, deben charlar estos temas con mayor fluidez, con mayor naturalidad, y originar propuestas también que sean alterativas en algún momento.

— En el medio de esto aparece una discusión también de mucha efervescencia de estos días que es el protocolo para las fuerzas federales en el caso de situaciones de delitos, flagrancia y demás. ¿Cómo viviste esto con lo de Patricia Bullrich?

— También, yo creo que es típico de este tiempo, te lo plantean como un Boca-River. O sea así plantearon el aborto, así plantean todos los temas. Y plantean esto como que tiene que ser, las imágenes son precedidas siempre de un asesino que…

— Golpea a una anciana.

— Golpea a una anciana. Después hay que debatir el tema. Entonces evidentemente no es ni una punta ni la otra. Si buscamos una sociedad que discuta bien las cosas, no como pasó en Brasil que es la bolsonarización de Argentina en el fondo este tema ¿no? Porque qué pasó en Brasil, Brasil también tiene un presidente que te dice que se soluciona a los tiros.

— O sea el protocolo es la bolsonarización de la Argentina.

— Sí, yo creo que sí. Y creo que eso es lamentable. Porque, con esto no estoy diciendo no hay que hacer nada, tenemos que buscar un método y una forma que sea seria y que no sea la copia trucha de un Brasil que ha elegido mal. O sea que ellos a lo mejor puedan copiar algo nuestro que sea trucho. Yo creo que esto es una copia trucha y lo vemos en las propuestas de (Alfredo) Olmedo cuando se junta con todos los pastores evangélicos de derecha de todo el país buscándolos, bueno, y que es una nueva forma también de buscar nuevos punteros políticos.

— Los otros días leía el trabajo de alguien, que decía: Brasil no vio venir la derechización a través de algunas iglesias evangélicas, no de todas, pero de algunas iglesias evangélicas que fue gestando este modelo que desemboca en Bolsonaro. ¿Coincidís?

— Sí. Se fue dando, primero tenés a la Iglesia Universal, no te olvides que Lula perdió varias veces y después para lograr el triunfo pone de vicepresidente a… Y, bueno, se fueron metiendo y tienen sus diputados. A veces me da gracia porque dicen cómo la Iglesia habla de política, allá en Brasil son diputados, son vicepresidentes, pero no por el simple hecho de pertenecer a un partido político sino por pertenecer a la Iglesia evangélica. Y estas Iglesias evangélicas no son las Iglesias evangélicas con las que trabajamos nosotros. Yo tengo un amigo que es el pastor Marcelo Figueroa con el que tenemos un programa de radio en común y tenemos un trabajo ecuménico con las Iglesias evangélicas en general. Ahora, estos grupos de derecha, que realmente son muy claro, son también los que han atacado al Papa, vienen de Estados Unidos también, hay un trabajo, lo que se llama la Teología de la Prosperidad. Es como que Dios te bendice si te va bien en la vida, si tenés salud, si tenés dinero, si tenés fama. Ahora, el día que no tenés alguna de esas cosas es como que Dios no está con vos. Y, bueno, muchas veces esa Teología de la Prosperidad está conformada por estos grupos de derecha evangélicos de Estados Unidos y también de Brasil y de otros lados y los sectores más conservadores de la Iglesia.

— Qué fuerte esto de la Teología de la Prosperidad. Qué peligrosa tendencia. ¿Qué final de diciembre imaginas, tranquilo? Ayer la ministra (Carolina) Stanley dijo que iba a ser tranquilo.

— Yo espero que sea tranquilo y creo que la violencia no. A mí me tocó estar en el 2001 en la Villa 21 y creo que no fue nada grato, nada bueno. Esperemos que sea un fin de año tranquilo. Pero que también haga pensar mucho a los gobernantes de que si no cambian el rumbo, no sé, de la economía y de las perspectivas sociales realmente le están haciendo mucho daño a los sectores más vulnerables, especialmente en los barrios en donde trabajamos nosotros. Te pueden decir que sin dudas ayudan, nosotros tenemos convenios, convenios desde la época anterior con Scioli o bueno, ahora con Vidal. Los convenios significan organizaciones que trabajan en un territorio y combinan con el gobierno, sea nacional o provincial. Pero lo importante es que la política esté orientada al trabajo, esté orientada a la producción, al apoyo de las pymes. Hoy estaba hablando con un hombre que es muy bueno, muy amigo, que tiene una pyme en la zona Norte y no le alcanza para poder pagar el bono. Entonces me parece que tienen que tener un replanteo porque si no están mirando otro país y no están mirando la realidad de la Argentina.

— ¿Qué visión tenés de María Eugenia Vidal como figura política?

— Mirá, le tocó una provincia muy difícil. Creo que debería escuchar más las cosas que están pasando y también a todos los sectores. Por ejemplo, ahora nos enteramos de la nueva ley que mandaron al Congreso del tema de las apuestas online. Nosotros le contestamos desde la Pastoral de Adicciones porque lo analizamos desde ese punto de vista, y creemos que esto va a generar más adicciones. Porque una cosa es ir a un bingo y bueno, más allá del bingo o la lotería. Yo por ejemplo fui por Constitución el otro día el único negocio que estaba lleno era ese. Entonces genera en los ambientes más pobres los problemas más grandes porque piensan que se van a salvar yendo.Ahora, cuando esa apuesta la tenés dentro de tu casa y entonces vos podés hacer, por eso decimos en cada casa hay un casino en definitiva. Eso genera muchos inconvenientes. Y pensamos que, si bien se nos contestó que no, que hay un fin recaudatorio en esto y que no va a ayudar sino va a complicar aún más la vida de los bonaerenses.

— Totalmente. ¿Alguna vez hablaste un mano a mano con el presidente Macri?

— Sí, antes.

— ¿Antes de que fuera presidente?

— Sí.

— Y hoy si lo tuvieras en un aparte, en un privado, en un mano a mano, ¿qué le dirías?

— Y por ahí muchas de estas cosas, ¿no? A mí me tocó hablar con él hace mucho tiempo atrás, él era presidente de Boca. Y un poco contarle el tema de las villas y realmente en su momento ha sido muy receptivo de las cosas que le transmitía. Creo que a veces el poder hace que uno se vaya alejando de esas conversaciones y hacen falta. Creo que eso el Ravi Shankar o cualquiera de esos no se lo va a poder transmitir porque no son, yo te diría, situaciones de fe que estén comprometidas con el pueblo, o con los pobres. Entonces es una mirada que le podemos transmitir aquellos que estamos todos los días en esa trinchera.

— Quedan diez, doce días, trece días para que llegue la Navidad. A mí me parece que es, lo dice un agnóstico, la celebración más bella, no conozco otra. Esta cosa del nacimiento, la celebración del niño, el hombre que es enviado por el padre. ¿Qué te pasa a vos como sacerdote?

— Lo vivo de la misma manera. Para mí es la fiesta de la esperanza. Y por eso, si bien concluye el año, lo empezamos también de una manera diferente. Con esperanza. El nacimiento del niño Jesús que se vuelve a celebrar en cada año nos da la expectativa de volver a empezar. Entonces yo creo que es una buena forma para que cada uno pueda decir podemos volver a empezar. Y creo que vos estás lejos de ser agnóstico (risas).

—¿Y qué esperas para esta Navidad?

— Yo espero para mi parroquia y para las villas en donde estoy realmente poder profundizar lo que estamos haciendo. Porque siempre uno sabe que está en un camino donde podés hacer algo y siempre te das cuenta que falta mucho. Así que me gustaría poder el año que viene poder realizar algunas cosas que todavía no logramos. Y también el equipo de curas de las villas, esto que estamos trabajando en la pastoral de los Hogares de Cristo como propuesta de recuperación para los chicos. Y, bueno, esperar también de que la política en general argentina se convierta ¿no? Porque por ahí lo que hablamos está el tema del gobierno actual pero me parece que la política en general debe tener un fuerte llamado a la conversión para realmente mostrar grandeza, pensamiento, y esto que hablamos alguna vez, ¿no? No se habla de lo que se le va a proponer a la gente, todo es cuestión de imagen entonces quién mide más, quién mide menos, y lo que necesitamos es que nos digan qué es lo que van a hacer aquellos que son candidatos.

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