Patricia Bullrich será la invitada de honor en un campamento. No se trata de una reunión especial de las fuerzas de seguridad que ella lidera, ni de una especie de retiro sui generis con los empleados del Ministerio de Seguridad. El encuentro será de alto contenido político y representará un mensaje al resto de los espacios que integra Cambiemos: habrá que dividir la torta con uno más.
Es que Unión por la Libertad, el partido de la funcionaria, se mostrará este fin de semana por primera vez como una fuerza nacional, y uno de sus objetivos a corto plazo será lograr más peso en la mesa de la coalición y en la conformación de las listas para las elecciones de este año.
El encuentro será de dos días y lo definen como su propio «Chapadmalal». Estará organizado y protagonizado casi exclusivamente por dirigentes sub-35, que alcanzan a la mitad de los más de 15.000 afiliados. «Hay que llenar las listas de jóvenes», exigen cerca de la ministra.
Si bien es en territorio porteño donde el partido pisa más fuerte, el campamento tendrá lugar en San Nicolás, en el norte de la provincia de Buenos Aires. Allí, justamente, es donde el partido sufrió algunos roces con otras fuerzas de la coalición en las últimas semanas. «Siempre hay algunos que hacen maldades. No gusta que haya uno más con quien dividir la torta», señalan.
En territorio de María Eugenia Vidal, sin embargo, rechazan todo tipo de «ninguneo» y advierten que la participación del espacio en la mesa provincial es muy reciente. «Todos somos conscientes del lugar que ocupa cada partido. Hoy sobrevuela un buen clima, pero habrá que ver al momento de los bifes», señalaron.
El lanzamiento es el resultado de una tarea que empezó el año pasado, una vez que Bullrich asumió en el ministerio. Aquello le dio al partido el impulso simbólico que necesitaba para ampliar su presencia más allá de la ciudad de Buenos Aires -donde se fundó hace 14 años-, la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos, los únicos tres distritos que contaban con estructura. Hoy está en 19 y les falta hacer pie en La Rioja, Formosa, Chubut, Misiones y Catamarca.
«Serán dos días de trabajo para consolidarnos internamente y de debates sobre cuáles van a ser los temas propios de la campaña que viene. Hay que darle un valor agregado a la coalición de gobierno», describió el evento en diálogo con LA NACION Damián Arabia, jefe de la juventud del partido.
Arabia acompaña de cerca a la ministra en el día a día. El joven, de 25 años y estudiante de Historia en la Universidad Católica Argentina (UCA), es director de Integridad de las Fuerzas Policiales y de Seguridad, y depende directamente de la funcionaria.
A medida que se acerquen las elecciones, en el partido buscará dar a conocer lo que ellos consideran victorias propias del espacio, como las leyes del arrepentido y de flagrancia, aprobadas el año pasado por el Congreso y en las que el ministerio trabajó activamente. También recordarán el paso de Bullrich por el Parlamento y sus votos positivos a iniciativas como la identidad de género, el matrimonio igualitario y la fertilización asistida.
El objetivo es hacer un culto a «la libertad y al individuo», pero todavía no hay definiciones claras sobre temas espinosos como el aborto y la despenalización del consumo de estupefacientes. Sí lo hay, sin embargo, en la relación entre el Estado y la Iglesia. «Detrás de un funcionario no tiene que haber una cruz ni una estrella ni el símbolo que fuere.
Mayoritariamente creemos que el Estado debe ser laico», sostuvo Arabia en su despacho, decorado con fotos de la ministra y libros escritos por ella. El funcionario, sin embargo, admitió que aún se debate internamente si el Estado debe financiar las religiones. «A ninguna o a todas», dijo, tajante.
La próxima tarea, dicen, será militar por la implementación de un nuevo régimen penal juvenil.
El partido ya tiene una vasta experiencia en elecciones. Primero se presentó como un espacio independiente en 2005. Después de una magra performance electoral -la ministra, de origen peronista, obtuvo el 2,27% de los votos como candidata a diputada nacional por la ciudad de Buenos Aires-, todas fueron alianzas. Primero, con el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy; después, con la diputada nacional Elisa Carrió; más tarde, con Mauricio Macri y Pro, y finalmente se convirtió en la quinta pata de Cambiemos junto al macrismo, la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y el Partido Fe.
Hoy no se habla de Patricia Bullrich como candidata. De hecho, desde que fue designada al frente del Ministerio de Seguridad, la funcionaria decidió apartarse de las discusiones partidarias y dejar a cargo a su marido, Guillermo Yanco, quien el año pasado se puso como meta lograr la nacionalización del espacio.
Pero la ministra está al tanto del caminar de su creación y sus militantes lo recuerdan con una sonrisa de costado como si se hablara de algo inevitable: «Cada tanto manda un mensajito».
Fuente: la nación