Canadá, el país con las cuartas mayores reservas de petróleo del mundo y con producción de uno de los crudos más intensivos en carbono, requerirá a su industria de petróleo y gas que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 35% y 38% por debajo de los niveles de 2019 en seis años, anunció el Ministro de Medio Ambiente Steven Guilbeault durante la conferencia de las partes de las Naciones Unidas (ONU) COP28 en Dubái.
Esta medida, que se considera la primera para un país productor de combustibles fósiles, se logrará mediante un sistema de cupo y comercio que premiará a las empresas que innoven para disminuir la contaminación. Según Bloomberg, el sistema permitirá establecer un límite legal a las emisiones del sector y autorizará a las empresas a comprar y comercializar una cantidad limitada de permisos de emisión.
El ministro Guilbeault, calificó el esquema como “ambicioso pero práctico”, indicando que el sector de petróleo y gas, responsable de aproximadamente el 28% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero del país, está enfrentando un desafío estricto pero alcanzable, publicó el Wall Street Journal. La estrategia forma parte de un plan más amplio del primer ministro Justin Trudeau para lograr que Canadá alcance las emisiones netas cero en 2050.
Por su parte, Jonathan Wilkinson, Ministro Federal de Recursos Naturales, indicó que el tope para las emisiones comenzará en 2026, proporcionando así tiempo para que las compañías petroleras y de gas se adapten y adquieran la tecnología necesaria para la descarbonización de sus operaciones. “Habrá un tiempo para la adopción, pero veremos una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector petróleo y gas para 2030″, explicó a periodistas de la agencia Reuters en Ottawa.
Opiniones encontradas
La propuesta, que permite a los productores comprar derechos adicionales de emisión o pagar por proyectos de descarbonización si superan su límite permitido, ha generado críticas significativas, especialmente en la provincia de Alberta. La líder conservadora Danielle Smith condenó el plan como “un ataque intencionado del Gobierno federal a la economía de Alberta y al bienestar financiero de millones de albertinos y canadienses” se lee en un comunicado publicado en la red social X.
Grupos de la industria energética, entre ellos la Asociación Canadiense de Productores de Petróleo, liderada por Lisa Baiton, también expresaron su oposición, argumentando que la medida podría obligar a las compañías a reducir la producción de energía en un momento de “crisis de asequibilidad, que coincide con déficits presupuestarios récord, el Gobierno federal corre el riesgo de recortar la energía de la que dependen los canadienses, junto con los puestos de trabajo y los ingresos públicos que el sector energético aporta a Canadá”
Sin embargo, grupos medioambientales como Environmental Defence han llamado a una acción más rápida y significativa, pidiendo reducciones más grandes y limitaciones en la compra de compensaciones de carbono. “El Gobierno federal debe garantizar que no se permita a las empresas petroleras y gasísticas utilizar estas flexibilidades como resquicios para eludir sus responsabilidades”, declaró Aly Hyder Ali, director del programa de petróleo y gas del grupo al Wall Street Journal.
Fuente Infobae