Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro: “Los problemas no se solucionan con una lapicera, no hay lugar para las retenciones”

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Buenos Aires, 27 AGOSTO 2019 CONINAGRO (Confederación Antercooperativa Agropecuaria). El Presidente Carlos Iannizzotto junto a en la Jornada El Campo y la Política IV, en la Universidad católica Argentina (UCA Puerto Madero). Foto: Gustavo Ortiz

Carlos Iannizzotto, titular de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada, Coninagro, habló con Infobae sobre la decisión del Gobierno de aumentar por decreto las retenciones al sector agroexportador para lograr mayor recaudación, en el marco de un plan para reactivar el consumo con expansión monetaria pero con contención desde lo fiscal. Aseguró que lo primero que pide el campo es financiación, después estabilidad económica; y en tercer lugar un régimen tributario acorde a los ciclos agrícolas.

“El presidente Alberto Fernández había manifestado que iba a haber diálogo y consenso y acá no hubo nada de eso. Fue una medida unilateral sin explicaciones”, cuestionó Iannizzotto. “El productor está sin crédito. La presión tributaria es la mayor de América Latina- ¿Vamos a solucionar los problemas sociales con más impuestos o con más producción? Parece que con más impuestos. Esto significa que va a haber menos producción y menos empleo. Estamos poniendo el carro adelante del caballo y la situación social va a empeorar”, advirtió.

– ¿Cómo toman la decisión del Gobierno de aumentar las retenciones por decreto?

– Lo tomamos con muchos interrogantes por las formas y por el contenido. La forma, porque no era lo convenido. Había manifestado el Presidente que iba a haber diálogo y consenso y acá no hubo nada de eso. Fue una medida unilateral sin explicaciones. El contenido también es malo porque es una medida única. El productor está sin crédito. La presión tributaria es la mayor de América Latina. ¿Vamos a solucionar los problemas sociales con más impuestos o con más producción? Parece que con más impuestos. Esto significa que va a haber menos producción y menos empleo. Estamos poniendo el carro adelante del caballo y la situación social va a empeorar.

-Nosotros planteamos que no se apliquen las retenciones y que se quiten en 2020 como está prevista en la ley de Presupuesto. Alberto Fernández prometió diálogo y la búsqueda de consenso. Eso significa que posiblemente hubiera situaciones en las cuales no íbamos a coincidir. Pero dijo que quería evitar lo que pasó en 2008 (en referencia a la disputa del gobierno en el primer año de mandato de Cristina de Kirchner con el campo. Se trató de implementar retenciones móviles al sector agroexportador pero la iniciativa se frustró en el Congreso cuando el otrora vicepresidente Julio Cobos emitió su voto “no positivo” que hizo declinar la iniciativa oficial).

-Tanto la Mesa de Enlace como el sector agroindustrial están dispuestos a sentarse a conversar. No es que estemos de acuerdo con las retenciones porque Coninagro ya ha planteado que no es el instrumento adecuado porque es distorsivo y expropiatorio de la renta. Creemos que hay otros impuestos que pueden favorecer como Ganancias. No ha habido contacto ni con técnicos ni con funcionarios en este tiempo para tratar el tema.

Suponemos que van a llevarse a cabo de acá en adelante. Primero hay que ver cómo vamos a producir, cómo vamos a traer divisas al país y cómo vamos a dar trabajo. Eso se debe hacer tomando medidas que alienten la producción como el otorgamiento de financiamiento. Luego vienen los otros factores en los que el Estado debe comunicar cómo planea achicar el gasto. Juntos debemos enfrentar una situación social preocupante. El campo, desde la producción y la inversión está para colaborar. Por supuesto que no estamos de acuerdo con las retenciones. Es difícil ingresar divisas al país si se desalienta la producción.

Perplejos

– ¿Por qué cree que la decisión no fue dialogada con el campo?

– No lo sé, dijeron que iba a haber un plan integral. Todo esto nos deja perplejos. Y a esto se le suma que el viernes se procesó a integrantes de la Mesa de Enlace por lo sucedido hace once años. Todo es una situación por demás alarmante. El presidente hablaba de concensos y que quedaba atrás lo acontecido en 2008. Por otra parte que se haya determinado la doble indemnización para los despidos es una medida que atenta contra el empleo. Estamos al revés. Nuestras economías regionales están con un mercado recesivo interno, no hay una sola medida a favor y se suman impuestos. Ponen trabas a la exportación. Estamos no alentando a producir. El Estado está en busca de solucionar sus problemas y no tiene una mirada integral. En este marco no hay lugar para las retenciones. Le mandé un mensaje al ministro de Agroindustria diciéndole que no es manera de conducir un sector con tanto futuro como el sector agroindustrial.

– Creemos que el impuesto a las Ganancias sigue siendo el adecuado porque conforma la inversión con la rentabilidad y los gastos. Creemos que hay que trabajar en esa línea y no agregar impuestos distorsivos. Tenemos que ver cómo el campo se suma a esta soberanía de nutrición. Yo creo que es produciendo más para ver cómo llegar a los comedores escolares y a las organizaciones sociales. Creemos que podemos ayudar produciendo más y no solamente con el aumento de impuestos. Hay que dar trabajo para que cada argentino tenga su sustento.

– ¿Van a pedir una audiencia con el ministro Luis Basterra?

Ya la pedimos el jueves pasado antes de que se conociera esta medida. Por eso nos sorprende que tomen esta decisión sin consensuar.

-¿Qué esperan que a partir de la audiencia con el Gobierno?

Seguimos desde Coninagro con toda la intención de dialogar y razonar el problema argentino que es muy grave. Lo tenemos que resolver entre el sector público y privado con diálogo, con argumentos, con ideas, con números y no con una lapicera detrás de un escritorio.

– ¿Cuánto tiene para liquidar el campo de la última cosecha y qué prevén para 2020?

– No tengo la cifra exacta pero en función de la noticia sobre la posibilidad de subir retenciones se adelantaron liquidaciones. De acuerdo a los datos que tenemos no deben quedar más de 5.000 millones de dólares para liquidar este año. Hay que destacar que el productor hace rato que vendió y lo hizo en pesos. Para el año que viene se prevé una campaña que no va a ser récord pero viene con buenos rendimientos. Lo que ha faltado en esta campaña fue financiación para fertilizantes y demás. Hay posibilidades de que mejoren los precios de las materias primas y que esto haga que el 2020 sea un buen año.

– ¿Qué medidas le piden al gobierno de Alberto Fernández?

– Pedimos que haya estabilidad para que de esa manera podamos establecer una política agroalimentaria por lo menos a 15 años que posibilite un desarrollo local y una expansión de todo el campo argentino. Eso se puede lograr con variables económicas que estén armonizadas y sean coherentes. Que no haya saltos bruscos del dólar que se presenten a la especulación y se demore o apure la liquidación de divisas. Que tampoco haga que se demore la inversión. En ese sentido, las altas tasas de interés están vinculadas a una mirada especulativa y no productiva. La inflación fue esmerilando la posibilidad de hacer un país previsible.

Financiación y estabilidad

– Cuando recorre el campo, los productores, ¿qué reclaman?

– Lo primero que piden es financiación. Después estabilidad económica y en tercer lugar un régimen tributario acorde a los ciclos agrícolas. No nos olvidemos que entre municipios, provincias y Nación, hay entre 95 y 105 impuestos. Es una locura la presión impositiva de los productos agrícolas. Más del 50% de los productos están compuestos por impuestos. Esto llevó a otro gran problema y tiene que ver con el aumento de la informalidad y la marginalidad. Estar en blanco en el circuito económico tiene un costo altísimo. El sistema financiero especulativo ha creado un circuito de economía en negro que ha perjudicado al empleo y a las pequeñas y medianas empresas.

– ¿Cómo tomaron la decisión de que Agroindustria vuelva a ser Ministerio?

– Es un gran comienzo y una muy buena señal. No es meramente un hecho formal sino que es una política concreta de Estado y sobre todo una política exterior. Si viajas con un director te recibe un director en el exterior y si lo haces con un ministro te reciben de la misma forma. Esto hay que mantenerlo. Ojalá que podamos seguir mejorando todas las variables. Desburocratizando y evitando las trabas como se vino haciendo hasta ahora.

¿Qué opinión tiene sobre la designación de Luis Basterra al frente de la cartera de Agroindustria?

– Hemos tenido un trabajo positivo con Basterra. Es una persona que tiene una mirada proactiva hacia el campo y las distintas expresiones de las economías regionales. Es una persona avezada en la agricultura familiar. Veremos cómo se rodea de su equipo y ojalá que podamos construir de forma conjunta los consensos para impulsar una política de Estado por lo menos para los próximos 15 años.

– ¿Cómo finaliza el 2019 para el campo?

– El año cierra con las dos caras de la moneda. Una es bastante triste porque en las economías regionales venimos con un escenario muy recesivo. La mayoría de nuestras economías están afectadas porque sus productos se venden en el mercado local. La larga transición tampoco permitió instrumentar medidas para dar alivio. Hay que distinguir que hay sectores del campo que han tenido diferentes circunstancias. El sector cerealero ha tenido un dólar alto. Pero no ha habido financiación y el régimen tributario es muy alto. También hay informalidad laboral. No obstante, con ese valor alto del dólar y a pesar de la baja de los precios internacionales de los commodities, han tenido rendimientos interesantes y han podido invertir y seguir avanzando.

– ¿Cuál debería ser el valor del dólar para considerarlo competitivo?

– No puedo definir un valor, lo que puedo decir es que el tipo de cambio tiene que estar complementado con alternativas de financiamiento, de prefinanciación y con un régimen de reintegros. Donde la exportación no afecte los precios del mercado interno.

– ¿Cuáles fueron los sectores más golpeados del campo?

– Los sectores más afectados por esta crisis fueron las economías del interior. Fundamentalmente el sector vitivinícola, citrícola, el de la miel, peras y manzanas. Todos vinculados al mercado interno. La falta de financiamiento de un año y medio a esta parte ha paralizado al sector agroindustrial. Las pequeñas y medianas empresas lo han sufrido también. No ha habido políticas que favorezcan la expansión de estas empresas. La mirada del campo debe ser amplia. En algunas industrias la suba del dólar produce un golpe muy severo porque suben todos los insumos y conlleva un fuerte impacto social.

Todo esto llevó a una situación de parálisis del mercado interno. Frente a situaciones tan adversas, el campo, sobre todo en el sector cooperativo ha logrado financiarse. El sistema cooperativo ha permitido sostener el ciclo agrícola de muchas economías regionales. Por eso creemos que hay que promover los esquemas asociativos y las alianzas estratégicas. Creo que ha habido una especie de olvido de las economías regionales. Faltó una política Estado que las fortifique. Con (Mauricio) Macri se quitó mucha burocracia y se quitaron retenciones pero luego las variables macroeconómicas no favorecieron, volvieron a implementar retenciones y hubo una gran ausencia del crédito.

-¿Qué expectativas tiene para el futuro?

– Pienso que el sector externo va a responder. Si nos unimos con Brasil, Uruguay y Paraguay podemos convertirnos en la región más exportadora de cereales del mundo. Hay ejemplos de alianzas que le dan potencialidad al empresario argentino de una manera especial. Pienso que el Gobierno va a tener esa mirada y si va a hacer foco en la unidad y los consensos vamos a ir bien. La prioridad es la situación de hambre y vulnerabilidad que existe en Argentina. Es fundamental que en el Congreso se consolide esta política agroindustrial alimentaria argentina en leyes como la de semillas, la de suelos y la de economías regionales.

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