Después de una pequeña gira por la Argentina, que incluyó presentaciones en el Centro Cultural Kirchner en el marco de un homenaje a Antonio Gasalla y algunas funciones en la provincia de Córdoba, el último miércoles por la tarde noche Carlos Perciavalle regresó a su Uruguay natal, más precisamente a la casa que tiene en las cercanías de Punta del Este. Sin embargo, se llevó un enorme disgusto al encontrar imposibilitado el paso en el camino de acceso, lo que derivó en un pico de presión alta.
Desde el Uruguay, el periodista Gustavo Descalzi dio más detalles del contexto. “Estos sinvergüenzas que le hicieron esto son traidores, se aprovecharon de una situación de vulnerabilidad en aquella compra peligrosa que se hizo en la que Carlos fue inducido a hacer un mal movimiento. Ayer, cuando llegaron a la casa, alguien le franqueó la entrada colocando unos troncos enormes, ocupando todo el camino de acceso. Él vendió gran parte del terreno que está en una zona de fincas, a la que se accede por la ruta 12 en el kilómetro 8,5. Es un predio de unas 10 hectáreas y Carlos fue vendiendo una parte a un vecino, que hizo esa compra en condiciones muy deshonestas y muy desfavorables para Perciavalle. Él se quedó con una parte de una hectárea y media, donde hay cuatro propiedades: su casa, un museo y otra casa donde se quedan sus amigos cuando lo visitan”, detalló.
“Nosotros vivimos en una chacra divina en Laguna del Sauce, la casa de Carlos, que ha sido vendida la nula propiedad, por lo tanto lo que tiene Carlos ahora es el usufructo de esa casa hasta el último de sus días. Obviamente que para poder ocupar la casa el nuevo comprador, él no tiene que estar vivo, o porque decida irse. Cuando Carlos ve el camino histórico obstaculizado y que la van no pudo ingresar por el nuevo lugar adonde nos relegó esta persona que tomó esta acción -llamémosla de esta forma-, él tuvo que bajar y caminar. El tema es que él tiene un problema de movilidad en ambas piernas y debió atravesar un trecho entre pozos y barro. Y eso lo descontroló totalmente, le dio un ataque de presión impresionante. Le tuve que dar una pastilla para bajarle la presión y eso casi que lo deja desmayado. Pero durmió toda la noche, parecía estar bien”, prosiguió Jimmy con el relato.
Como Perciavalle arrastra, además, una cardiopatía, al bajarle la presión de golpe puede que le bajen también las pulsaciones, lo que podría ocasionar un riesgo cardíaco tan grave o incluso peor que una presión alta, por lo cual hasta el momento sigue en observación en la clínica. “Lo estabilizaron, él está mejor, pero le están haciendo exámenes de rutina porque como lo que tiene es una arritmia nerviosa, este tipo de episodios obviamente lo alteran. A la altura de la vida de Carlos, con 84 años que tiene, estos incidentes no solo le impiden la felicidad de disfrutar de su casa, sino de vivir con salud. Eso fue lo que ocurrió”, agregó Castilhos.
“Si bien él está bien y estabilizado, por la medicación que recibió le cuesta caminar, no se puede parar, se levanta y se cae. Entonces tiene que permanecer acostado en observación. Ahora lo pasaron a una habitación para que esté él solo y tienen que repetirle algunos exámenes, ya que no nos permiten que Carlos vuelva a su casa en estas condiciones. Él me dijo que ya se quiere volver”, cuenta su marido.
“Lo que le pido a todos es que recen por mi marido, porque es un buen hombre. Y lo único que ha hecho en la vida es trabajar. Y justo venimos de trabajar. Una persona que tiene 84 años sigue trabajando para vivir. Y brillando y haciendo reír a la gente, dándole lo mejor que tiene en el corazón. Y que la gente mala, la gente que sabe que está obrando mal, que sepa que todo en la vida vuelve. Nada queda gratis. Y esto que están haciendo con mi marido no va a quedar gratis. Al que le caiga el sayo, que se lo ponga”, cierra Castilhos.
Fuente Infobae