La muerte de Candela Rodríguez conmovió a la opinión pública durante semanas. Y aunque el paso del tiempo hizo que el tema perdiera intensidad en la agenda diaria, el crimen aún golpea a la familia de la pequeña.
Una de las personas más afectadas es Carola Labrador, madre de la niña, que rompió el silencio y contó el pésimo momento que atraviesa.
La mujer aseguró que desde el hallazgo del cuerpo de Candela sólo pudo regresar a su casa esporádicamente, por el impacto psicológico que le provoca estar en el lugar donde vivía con la niña. Y contó que se encuentra en tratamiento médico.
Sobre el mismo tema, Labrador relató: «Ya no puedo caminar las mismas calles que caminaba con Candela. No he vuelto a trabajar. Estoy tratada psiquiátricamente, porque estas desgracias te pueden llevar a la locura».
Notablemente conmocionada, la madre de Candela amplió: «No tengo ninguna explicación de lo que pasó. Las explicaciones no me importan, sólo sé que no tengo a mi hija y me estoy volviendo loca. No me interesa lo que me puedan traer, que puedan meter presas a 20 mil personas. Eso no me cura nada. Perdí a mi hija y ninguna explicación ni ninguna condena me va a parar este dolor».
Además, en declaraciones radiales, Labrador habló de la marcha de la investigación que trata de esclarecer el hecho. Y puso en duda que los detenidos sean los verdaderos responsables del homicidio: «Tengo miedo de salir y que el asesino de mi hija esté caminando por la calle”.
La mujer también desestimó la pista oficial que indica que el crimen fue cometido como una forma de «venganza» contra su marido y padre de la nena, preso en el marco de una causa por piratería del asfalto.
En ese sentido, aseguró: “Él no le debía nada a nadie y está cumpliendo su condena. Esa es la hipótesis del fiscal, lo tendrá que comprobar. Pero mi marido y yo somos dos víctimas, dos padres que estamos sufriendo la muerte de nuestra hija. Ni a mi peor enemigo le deseo lo que nos está pasando”.
Finalmente, la madre de Candela descartó que la muerte de su hija estuviera relacionada con un tema de drogas. Y denunció que «hacía cinco meses que estaban desapareciendo chicos en la zona de Hurlingham, ¿salió en algún lado eso? Desaparecieron y no aparecieron más. En todos lados desaparecen chicos».
Candela Rodríguez fue secuestrada el 22 de agosto pasado, cuando esperaba a unas amigas en la esquina de su casa de Villa Tesei, partido de Hurlingham, en el oeste del Gran Buenos Aires. La nena estuvo cuidada y retenida en varias viviendas, pero fue asesinada por asfixia por razones que aún no están claras.
Por el caso fueron presos Héctor «El Topo» Moreyra, señalado como presunto autor intelectual del secuestro; Héctor Bermúdez, considerado supuesto autor material; Néstor Altamirano y Gladys Cabrera, sindicados como dueños de casas donde estuvo Candela; Fabián Gómez, Guillermo López y Alberto Espíndola, sospechados de haber tenido participación en la logística del secuestro y cautiverio de la nena, y Leo Jara, quien -según testimonios- se habría acercado a la nena para engañarla.