Carolina Stanley acaba de terminar una semana intensa con protestas en la calle, acampes y presiones para ampliar los planes sociales de parte de algunos grupos piqueteros.
Diciembre es un mes intenso para la Argentina y en particular para la ministra de Desarrollo Social. Se vendrán más días caldeados ante el anuncio de nuevas protestas, por lo que la funcionaria adelantó sin vueltas: «No nos van a extorsionar. No podemos permitir que algunos se aprovechen de la vulnerabilidad de otros con fines personales o políticos y tomen a la gente de rehén».
Como pocas veces, a la ministra de Desarrollo Social se la ve muy firme y taxativa ante el reclamo que hicieron agrupaciones como el Polo Obrero y Barrios de Pie para ampliar la base de los planes sociales. Lejos de la actitud dialoguista que siempre mostró, esta vez Stanley es determinante: «No vamos a ceder ante los que persiguen objetivos que están muy lejos de los que tienen las personas que peor la están pasando en nuestro país».
Stanley planteó ante Infobae una sospecha que tiene ante el reclamo de algunas agrupaciones piqueteras. «Aún existen en Argentina algunos sectores que siguen creyendo en la lógica de ‘cuanto peor, mejor’, o que buscan exacerbar la angustia, generar escenarios de demanda o exigencias con métodos que no son el diálogo y la construcción», dijo. Es más: agregó que «los piquetes y acampes no nos fortalecen en la Argentina sino que profundizan la grieta».
Stanley rechazó las críticas de la Iglesia que en su último documento habló de los gobiernos que no tienen sensibilidad social, admitió que habrá nuevos índices con niveles de pobreza más elevados y desterró de plano la idea de que en la Argentina haya clientelismo político como en otras épocas.
-¿Cree que hay sectores que buscan desestabilizar al Gobierno con la ocupación de la calle y las protestas?
-Creo que hay una enorme mayoría de argentinos que todos los días de manera silenciosa trabaja para sacar el país adelante. Que creen que empujando todos para el mismo lado es que vamos a lograr hacer de la Argentina el país que podemos ser. Creemos en este equipo de argentinos del que somos todos parte. Creemos en nuestro potencial, en la importancia de la educación, el trabajo digno y la igualdad de oportunidades como de crecimiento para todo el país. Sin embargo, aún existen algunos sectores que siguen creyendo en la lógica de ‘cuanto peor, mejor’, o que buscan exacerbar la angustia, generar escenarios de demanda o exigencias con métodos que no son el diálogo y la construcción. Eso solo profundiza las diferencias. La gran mayoría cree en el diálogo y en la búsqueda de soluciones genuinas a los problemas que atravesamos. Reconocemos que fue un año difícil, lo hemos dicho muchas veces. Sabemos que muchas familias atraviesan situaciones de angustia e incertidumbre pero estamos al lado, acompañando y llevando soluciones concretas para enfrentar estos problemas. Porque es estar pero también hacer para poder atravesar estos momentos. Hemos fortalecido los programas alimentarios, los programas sociales, ampliado créditos de la ANSES.
-Usted dijo que no van a aceptar la extorsión de grupos que reclaman planes sociales. ¿Es que en Argentina hay aún un sector importante que vive del clientelismo actualmente?
-Cuando asumimos en 2015, nos comprometimos a ser un Gobierno transparente y con programas sociales que llegaran directamente a las personas. Desde el primer día, trabajamos en ordenar y eliminar la intermediación, el clientelismo social, como método de respuesta desde el Estado. Creemos en un Estado presente en los barrios. Estar nosotros, sin intermediarios. Hoy, quien cobra un plan social se acercó a una oficina de ANSES, hizo una entrevista social y entendemos que necesita el acompañamiento desde el Estado. No podemos permitir que algunos se aprovechen de la vulnerabilidad de otros con fines personales o políticos. Por eso, trabajamos la política social de manera directa. Con la convicción de que no vamos a aceptar la coerción ni la extorsión. No creemos en esa metodología de reclamo. Somos un Gobierno abierto que escucha y recibe a todos, soy una persona que dialoga con todos sin importar el signo político. Creo en las diferencias y en crecer a partir de escuchar al que piensa distinto; pero no bajo amenaza. Como sociedad, los piquetes, los acampes y los cortes de calles no nos fortalecen. Generan división en la sociedad, profundizan grietas.
-¿Considera que en Argentina falta sensibilidad social de parte del Gobierno como lo planteó la Iglesia en la última Conferencia Episcopal?
-Después de 3 años demostramos que se intentaron instalar muchos prejuicios que eran falsos. Nos pasamos una campaña escuchando que íbamos a eliminar toda ayuda social. La fortalecimos y la desintermediamos. Formo parte de un Gobierno que ha destinado, como ningún otro en la historia argentina, recursos para los sectores más vulnerables. Nuestro compromiso es claro, y venimos trabajando en materia social con la Iglesia, organizaciones de la sociedad civil, comedores comunitarios, iglesias evangélicas, voluntarios. Siempre pensando que juntos potenciamos nuestro accionar.
-¿Cómo van a enfrentar la realidad de los índices de pobreza en aumento que se pronostican desde la UCA y otros centros de análisis social?
-Lamentablemente en la Argentina la pobreza es alta. Y esta realidad es la que tenemos que cambiar definitivamente. Como gobierno nos propusimos y trabajamos todos los días para transformar la realidad social de los que más sufren. Para lograr que las familias puedan salir definitivamente de la pobreza. Por eso nuestra primera decisión tuvo que ver con sincerar la realidad de la pobreza en nuestro país y tener un índice transparente que nos permitiera hablar con la verdad. La verdad ilumina, permite transformar. Y así estamos trabajando. Las soluciones no son mágicas sino que llegan con políticas activas y sostenidas en el tiempo. Un trabajo que nos permita atender la urgencia pero también construir respuestas de mediano y largo plazo. Nuestros planes miran el futuro, la inserción escolar y laboral, la formalización de la economía popular son algunas de las respuestas estructurales. También lo son el hábitat, el acceso a la salud. Entendemos a la pobreza como multidimensional. Estamos cerca de cada una de las personas. Las escuchamos y entendemos para llegar con mejores respuestas. Soluciones que atiendan la necesidad que cada uno está atravesando. Eso es estar, hacer, sentir. Trabajar como un solo equipo, juntos. Y avanzando en transformaciones que sean para siempre.
-¿Cuáles cree que fueron los objetivos del acampe del Polo Obrero y Barrios de Pie frente al Ministerio de Desarrollo Social y cómo va a seguir la negociación con ellos si continúan las protestas la semana que viene?
-Con seguridad ellos persiguen objetivos que están muy lejos de los que tienen las personas que peor la están pasando en nuestro país. Hay una enorme mayoría de argentinos que todos los días se esfuerza por llegar a fin de mes y no corta calles ni usa métodos extorsivos. Que quiere construir una Argentina de paz y abierta al dialogo. Y siempre me van a encontrar dispuesta para eso. Nuestro Gobierno es un Gobierno de diálogo. Los argentinos pueden estar tranquilos y tener claro que los programas sociales y el acompañamiento que reciben no se los deben a nadie, ni a punteros, ni a movimientos, ni a ninguna persona que quiera usarlos de rehén. Son su derecho. La mayoría de las veces pretender cortar el tránsito o acampar en la 9 de Julio responde a una cuestión política de algún dirigente, no a la genuina preocupación por la situación de los sectores más vulnerables. Es una extorsión. Nuestra atención es con la realidad más vulnerable y no con la especulación política. Si vamos a pensar mejores soluciones para las políticas sociales que llevamos adelante, las puertas del Ministerio siempre están abiertas. No aceptamos la extorsión como método ni el uso clientelar o partidario de la política social.
-¿Hay posibilidad de ampliar la base de la AUH o de otros programas para dar contención a más sectores?
-Sabemos que como sociedad estamos haciendo un esfuerzo. Recorro los barrios y veo que hay familias angustiadas, que sienten incertidumbre. Y desde el primer día nos comprometimos a acompañarlos. Por eso, estamos trabajando más fuerte que nunca y tomando decisiones. Las medidas sociales las anunciamos en septiembre, reforzamos la asistencia alimentaria en comedores, merenderos así como el refuerzo económico en la Asignación Universal por Hijo, que hoy llega a unos 4 millones de chicos, y recibieron un beneficio adicional de $1.200 por chico en septiembre y $1.500 por chico en diciembre. Se decidió también aumentar los planes sociales a $5.750 y a $6.000 en diciembre.
-¿Hay más medidas en carpeta?
-Hemos decidido también extender los créditos ANSES. Lo que era conocido como Crédito Argenta, volcando 20.000 millones de pesos para que todas las familias que tienen asignación por hijo y para que los jubilados puedan tener estos créditos con las tasas más bajas y no tener que recurrir a usureros que se aprovechan de las familias que están atravesando una mala situación. Y Precios Cuidados, que trabajamos junto al ministro de Producción, Dante Sica, para poder llegar a mayor cantidad de productos, llegar a primeras marcas, que estén en todos los comercios, con buena señalización para facilitar el acceso. Más allá del momento complicado que estamos atravesando, como Gobierno estamos al lado de cada argentino, de cada familia, para atravesar esta situación y seguir creciendo.