El cimbronazo electoral todavía resuena en la Coalición Cívica. Poco quedó de aquel segundo puesto en 2007, que transformó a la fuerza que comanda Elisa Carrió en la principal oposición al kirchnerismo.
El último lugar en los comicios del domingo con menos del 2% de los votos ratificó lo que había comenzado con las primarias, y aceleró un proceso de discusión y reestryucturación partidaria.
Por eso ayer, durante una reunión del bloque de Diputados, Carrió ratificó lo que había anunciado públicamente: que dejará el liderazgo de la fuerza, aunque se mantendrá dentro del partido e intentará recomponer algo de esa fuerza desde su banca en la Cámara baja que retendrá hasta finales de 2013.
Ayer, Carrió se reunió con la líder de Unión por Todos, Patricia Bullrich, ganadora de la única banca que obtuvo la CC en los comicios, e intentó despejar los rumores de ruptura que desde hace rato sobrevuelan sobre ambas dirigentes. Según los trascendidos, la reunión fue catalogada como «excelente», y dejó la sensación de que todos seguirán trabajando dentro dela Coalición.
En las últimas semanas, se había especulado con la posibilidad de que Bullrich pasara al macrismo. Incluso se aseguraba que tenía un ofrecimiento para integrar el nuevo gabinete del Gobierno porteño.
Durante la reunión, Carrió confirmó su vocación de debatir los pasos de la fuerza en un congreso, el mes próximo. La idea es acelerar la discusión para evitar fugas masivas hacia otras fuerzas.
«Ofrecimientos tenemos todos, desde la izquierda y desde la derecha, pero creemos que la CC-ARI es una herramienta que tiene sentido», afirmó Fernando Sánchez, jefe del bloque de la CC en la Legislatura porteña.
Por lo pronto, la conducción del partido recaerá en las manos de Adrián Pérez y Alfonso Prat Gay. Al menos hasta que el Congreso partidario determine los pasos a seguir.
