Durante el fin de semana se confirmó que los rastros de sangre hallados en las pertenencias de Lola Chomnalez, la joven asesinada en una playa de la localidad uruguaya de Valizas, no corresponden a ninguno de los 10 sospechosos de la primera etapa de la investigación, por lo que la causa volvió a foja cero. Ahora, en un intento por reactivar el caso y agotar todas las líneas de investigación, la jueza Silvia Urioste indagó esta mañana a otras tres personas.
Además de tomarles declaración, la magistrada ordenó que se les tomen muestras de ADN a los indagados y así poder cotejarlas con los rastros de sangre encontrados en el pareo, la toalla y el libro que llevaba Lola en su mochila. Todos los indagados aceptaron hasta ahora aportar sus muestras. Lo único que se pudo determinar es que los rastros genéticos de esa sangre corresponden a un hombre.
Incluso, desde la Policía Científica confirmaron que el ADN encontrado está siendo cotejado con el de todos los procesados del país. El Ministerio del Interior cuenta desde 2011 con un banco de datos de huellas genéticas, integrado por el ADN de todos los que han sido enjuiciados desde entonces.
Con la vuelta a foja cero se cayeron prácticamente todas las líneas de investigación seguidas por la Justicia y una unidad especial enviada a Rocha por el Ministerio del Interior con el objetivo de esclarecer el caso. La única esperanza que queda es que los investigadores obtengan alguna información de relevancia de un ex preso del Comcar conocido como «Huguito».
Uno de los testigos declaró que el sospechoso estuvo recluido y que se lo vio en la zona a fines de diciembre, cuando desapareció Lola. Sin embargo, la Policía verificó en la lista de reclusos en Rocha y ninguno llamado Hugo salió con medidas transitorias o logró la libertad a fines del año pasado.
Lola Chomnalez fue encontrada sin vida el 30 de diciembre. Las pericias indicaron que la joven sufrió heridas de arma blanca y fue asfixiada con la arena, aunque no se comprobaron signos de abuso sexual.
Fuente: Infobae