Cataluña ya tiene presidente pero la incertidumbre persiste

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El electo presidente catalán, Quim Torra, es saludo por los miembros del Parlamento, tras su ajustada elección./ AFP

El soberanismo catalán logró, raspando, nombrar un presidente.Quim Torra, un diputado desteñido con un febril pasado anti-español en las redes sociales, logró este lunes que el Parlamento lo declare el 131° presidente de la Generalitat por apenas un voto. Obtuvo 66 a favor y 65 en contra.

La postal de un poder ejecutivo caprichosamente escogido por el ex presidente Carles Puigdemont en Berlín, desde donde opera políticamente mientras la justicia alemana decide si extraditarlo o no a España por haber declarado la independencia catalana, revela lo impredecible del separatismo hoy.

Quim Torra sopla un beso a la salida del parlamento, en Barcelona. / AFP

Quim Torra sopla un beso a la salida del parlamento, en Barcelona. / AFP

El proyecto de la república soberana se deshilacha en más de un fibra: la Candidatura de Unidad Popular (CUP), el partido más rabiosamente independentista, se abstuvo de aportar sus cuatro votos parlamentarios a la candidatura de Torra, que sí logró el apoyo de los diputados de Junts per Catalunya, el partido de Puigdemont, y de Esquerra Republicana.

“La CUP no lo apoya porque no quiere desarrollar la república catalana de forma inmediata pero, en este contexto de un estado totalitario, entendemos que no podemos bloquear la investidura del candidato de los dos partidos que tienen más votos y más diputados dentro del bloque republicano”, dijo el portavoz del secretariado nacional de la CUP, Lluc Salellas.

En su discurso del sábado -cuando podría haber sido investido presidente por mayoría absoluta si la CUP no se hubiera encaprichado-, Torra intentó mimar a los antisistema asegurando que, si lo nombraban presidente, no haría “autonomismo”.

Desconcierta, sin embargo, haber esperado cinco meses -las elecciones impuestas por el presidente Mariano Rajoy como parte de su plan de intervención en Cataluña luego del intento separatista se celebraron el 21 de diciembre del año pasado- para conseguir un presidente que se autodefine como “interino” y que anuncia que su mayor deseo es volver a sentar en el sillón de la Generalitat al ex presidente Puigdemont.

Quim Torra deja el Parlamento tras su elección. / AFP

Quim Torra deja el Parlamento tras su elección. / AFP

El secreto mal guardado en Cataluña es que este flamante presidente y el Parlamento convocarían a elecciones anticipadas en octubre, fecha que podría coincidir con los procesos judiciales a los ex miembros del gobierno que están detenidos o fugados por su participación en la gesta independentista.

Se acaba de conocer el resultado del último barómetro del Centre d’Estudis d’ Opinió (CEO) de la Generalitat según el cual, ante un escenario electoral, el soberanismo ampliaría su presencia en el Parlamento. Y el 48 por ciento de los catalanes votaría a favor de la secesión mientras el 43,7 por ciento lo haría en contra.

Habrá que ver si Torra es obediente y fiel al plan trazado a control remoto por Puigdemont desde Berlín o si se desmarca como el mismo Puigdemont hizo cuando en 2016 el ex presidente Artur Mas lo ungió para que asumiera su lugar -la CUP, a la que Mas le caía antipático, le bajó el pulgar para que asumiera en la Generalitat- creyendo que estaba invistiendo a un candidato inofensivo que, apenas pudo, desplegó las alas y despegó con vuelo propio.

“Todo es ahora y nada”, terminó su discurso del sábado el hoy presidente catalán Quim Torra. Apeló a un verso del poeta Joan Vinyoli. Hablar de “todo” y “nada” hoy es seguir encadenando a Cataluña a la incertidumbre.

Fuente: Clarín

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