El temporal que azotó al Valle Central, pero de una manera más agresiva a la Capital catamarqueña, comenzó pasadas las 15 horas del lunes.
Sus consecuencias se dejaron ver con el paso de los minutos y hasta bien entrada la noche. Durante la tarde, las calles estuvieron cubiertas de agua que circulaba con demasiada fuerza. Tanto así que algunas personas fueron arrastradas por la corriente, junto a sus vehículos, claro. Porque el agua además se llevó motocicletas y automóviles.
Según información brindada por el laboratorio climatológico de la Universidad
Nacional de Catamarca (UNCA), en la Capital cayeron 90 milímetros de agua en
una hora, una cifra fuera de lo común teniendo en cuenta que el promedio anual
de lluvia es de 450 milímetros.
El último registro de una lluvia importante fue el 15 de febrero de 2017, cuando
precipitó 45 milímetros por hora, llegando a un total de 70 milímetros.
La tormenta registrada ayer tuvo matices extraordinarios según los especialistas
de la UNCA, ya que superó todos los registros de los últimos 10 años.
En el transcurso de la jornada, en la ciudad, se pudo ver cómo se desprendió el
asfalto en las avenidas Virgen del Valle y Güemes. En esos sectores hubo
dificultades para transitar en vehículos. De hecho, algunos ciudadanos que
transitaban en sus rodados advirtieron estos daños una vez que llegaban al lugar.
Y rápidamente buscaban un camino alternativo para continuar con sus rutinas.
En los barrios Virgen Niña y Villa Eumelia, los vecinos cortaron la avenida Hipólito
Yrigoyen y manifestaron que tuvieron pérdidas materiales. Se quedaron sin
colchones, documentos, ropa de niños, teléfonos. Esto se debió a que las casas se
inundaron por la cantidad de agua que había ingresado. Y pidieron soluciones a
los gobernantes.
El Esquiú
