Kate se encontraba lista para entrar al City Hall, donde se realizaría una ceremonia en honor a la pareja británica, cuando en medio del saludo a la gente presente, recibió un ramo de flores por parte de Raffaella, la hija de dos años de un expatriado británico.
El orgulloso padre le auguró buenos deseos a la duquesa para comenzar una familia, a lo que Kate contestó: «Sí, eso espero».
Ese comentario, se convierte en el primero explícito por parte de ella en lo que respecta a tener hijos.
La gira por Canadá incluyó también los más variados destinos, como una escuela de cocina, o visitar un centro que alberga a personas sin techo.
La pareja se mostró agradecida por cada muestra de cariño, y en el país, ya hablan de que el encanto y sencillez de la duquesa fueron las armas con que ya conquistó esa tierra.
Quedó de manifiesto que la elección de William no hubiera podido ser mejor, Kate es esa inyección de renovación y juventud que tanta falta le hacía a la monarquía inglesa, aseguran.