Al llegar la medianoche, en el barrio Libertad, de Charata, un grupo de familiares y amigos de la joven Florencia Ledesma se dirigieron a la entrada de la casa, para someterla a la tradicional «embarrada», al cumplir sus 15 años, por lo que la arrojaron a un charco de barro que había sido cavado, según ellos mismos relataron ante la policía.
Tras ser enlodada completamente junto a una hermana, la quinceañera comenzó a realizar señas desesperadas a sus familiares, que sólo miraban la escena interpretando que todo era parte del rito. Sin embargo, en un momento los ademanes cesaron y la menor se desvaneció.
Comenzó a «mover sus manos sin poder emitir palabras y con dificultad en la respiración, acción a la que los familiares no le dieron importancia dado que creían que se trataba de una broma», informaron fuentes policiales.
El llamado de emergencia se produjo sólo cuando la joven se desvaneció, y decidieron una derivación de urgencia al hospital Enrique V. de Llamas de Charata, puesto que la menor de edad no reaccionaba a las tareas de reanimación de emergencia.
La adolescente ingresó alrededor de las 0:25 ya sin vida al centro asistencial. Las autoridades sanitarias informaron que el deceso se produjo por un «paro cardiorrespiratorio por obstrucción de vías aéreas», tras lo cual se hizo entrega del cadáver a sus familiares, mientras comenzó a sumariarse una investigación judicial para esclarecer las circunstancias del hecho.
La directora del hospital de Charata, María Oliva, informó a la prensa local que la adolescente no se habría asfixiado por acción del barro, sino por una regurgitación de alimentos que había ingerido minutos antes. «Probablemente vomitó y broncoaspiró», dijo la jefa del centro asistencial.
La subcomisaria Viviana Moreno confirmó que «por el momento no hay detenidos ya que fue un caso fortuito; si bien la embarrada estaba planeada, no tenía la finalidad ni el desenlace que tuvo».
Infobae