Ayer, desde el gobierno del presidente de Venezuela , Nicolás Maduro, dieron la confirmación que faltaba. Más de un día después de conocerse el operativo que acorraló al expolicía rebelde Óscar Pérez (quien a mitad de 2017 robó un helicóptero de la fuerza que integraba y atacó dependencias del chavismo) y concluyó con su muerte y la de varios de sus compañeros, el ministro del Interior, Nelson Reverol, afirmó que Pérez fue «abatido» el lunes en un operativo de seguridad.
«Pese a todos los intentos de lograr una rendición pacífica y negociada, este grupo terrorista fuertemente armado inició de manera artera, malintencionada, un enfrentamiento con los organismos», dijo Reverol, que además confirmó que murieron otros seis miembros del grupo y que fueron detenidos varios más.
Pérez, un efectivo de la policía científica, se hizo conocido cuando en junio de 2017 hurtó un helicóptero de una base aérea militar en Caracas y, con una bandera que decía «libertad», sobrevoló edificios gubernamentales, a los que lanzó granadas sin dejar víctimas. En diciembre, el exinspector de 36 años también se atribuyó el asalto a una base militar de donde sustrajo armamento acompañado por un grupo armado.
La amenaza de Maduro
«A 17 días de dar la orden, orden cumplida. Estamos dispuestos a defender con nuestra vida la independencia y soberanía de nuestra patria. Nadie va a traer el terrorismo a Venezuela «, insistió el bolivariano.
Por su parte, la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, informó que abrirá una investigación sobre el operativo policial. Sin embargo, una comisión de tres diputados opositores que acudió a la morgue de la capital impidió ver el cuerpo del piloto por órdenes militares.
