La tormenta Doksuri, que había llegado a ser catalogada como supertifón, barrió el territorio chino de sur a norte después de causar estragos en Filipinas la semana pasada.
La capital china y sus alrededores recibieron fuertes lluvias desde el sábado, acumulando casi la media mensual de precipitaciones para el mes de julio en apenas 40 horas.
El martes, la televisión estatal CCTV dijo que la tormenta había provocado al menos 11 muertos en Pekín, donde había 13 desaparecidos.
En la provincia vecina de Hebei, donde unas 800.000 personas fueron evacuadas, nueve personas murieron y seis están desaparecidas por las lluvias.
A lo largo del fin de semana se informó de otras dos víctimas en la provincia de Liaoning.
Lluvias intensas en China
El presidente Xi Jinping pidió este martes «hacer todos los esfuerzos posibles» para evitar más muertos y rescatar a las personas «desaparecidas o atrapadas».
En tanto, el país vive un año de fenómenos meteorológicos extremos, con fuertes tormentas y récords de temperatura este verano boreal, que los científicos vinculan al cambio climático.
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