Los delitos informáticos, o ciberdelitos, comprenden toda acción anti jurídica y culpable, que se da por vías informáticas o que tiene el fin de destruir y dañar ordenadores, medios electrónicos y redes de internet. La criminalidad informática, propiamente dicha, consiste en la realización de actividades que reúnan requisitos delimitados en el concepto de “delito”, pero que sean llevados a cabo mediante el uso de una herramienta informática.
En este marco, se considera como ciberdelito a toda actividad ilícita que se cometa mediante el uso de computadoras, sistemas informáticos u otros dispositivos de comunicación; o bien, a las acciones que tengan por objeto causar daños, provocar pérdidas o impedir el uso de sistemas informáticos.
En el Código Penal vigente en nuestra provincia, se expone un cierto catálogo de delitos, donde se considera que lo que no está allí, no es una infracción. No existe en él una especificación sobre delitos informáticos, sino que los delitos comunes pueden convertirse en ciberdelitos si son cometidos a través de redes sociales, internet, o cualquier dispositivo electrónico.
A modo de ejemplo, vale citar el envío de archivos íntimos a una determinada persona: si ésta lo hace público con intenciones de extorsionar, se convierte en un delito cibernético, que cobra relevancia al tomarse el “caso de extorsión” propiamente dicho.
La Justicia de Santiago del Estero tiene convenio con Facebook e Instagram, que informan respecto de usuarios acusados de cometer cibercrímenes, para buscar y conseguir la información que le hace falta al Fiscal, quien determina la comisión del delito y sus consecuencias. Esto se enmarca en el Tratado Internacional de Información Recíproca en Materia Penal, instrumento legal mediante el cual la red social Facebook se comprometió a luchar en contra del delito informático.
En el caso de Facebook, según informaron fuentes judiciales, la respuesta es casi inmediata, sobre todo si se trata de casos graves.
Delitos más comunes
En los últimos meses, en Santiago del Estero se registró un aumento de amenazas y extorsiones con imágenes íntimas, pero el delito que incrementó considerablemente es de estafas a través de Facebook.
En estos casos, se identifica al usuario que publica información para captar la atención de potenciales víctimas, y se realiza un pedido de informe a la red social para el rastreo de la cuenta. De este modo, se puede saber desde dónde opera el usuario y cuáles son las conexiones que tiene.
Cuando se identifica el domicilio del autor del delito, el Fiscal solicita los procesos que sean necesarios para identificar al usuario, investigar la causa para obtener datos más precisos y tomar las acciones legales pertinentes.
Penas aplicadas
Al no existir una legislación específica, se aplican las mismas penas que a los delitos comunes, que se exponen en el Código Penal, pero siempre teniendo en cuenta la existencia de una herramienta cibernética como medio y como fin para la comisión del delito.
El Ministerio Público Fiscal de Santiago del Estero logró resolver en el último mes un total de tres casos de estafa a través de Facebook, donde las víctimas pudieron recuperar el dinero que habían perdido. En este sentido, se debe destacar el trabajo interinstitucional que realizan las Fiscalías con la Policía de la Provincia, específicamente con la División de Ciberdelitos, recientemente creada.
Las especializaciones y capacitaciones constantes a los Fiscales y a la Policía son un instrumento clave para que la investigación y resolución de delitos informáticos se realice de manera eficaz, teniendo como eje la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación por parte de la delincuencia organizada.
Actualmente, los únicos países que cuentan con legislaciones específicas en lo referente a delitos cibernéticos, son España, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos.