*Condiciones epidemiológicas que permitan la reapertura de escuelas y sistema sanitario capaz de dar respuestas.
*Inversión, aumento de presupuestos, distribución equitativa de recursos y ampliación de la oferta educativa pública, desde la masiva creación de jardines de infantes hasta la creación de profesorados y carreras para los mismos. Sin olvidar que en nuestro país más del 60% de jóvenes menores de 15 años está en la pobreza, invertir en infraestructura digital y reducir costos de conectividad es hoy un requerimiento urgente.
*Planificación, información clara, precisa, coherente y evitar improvisaciones. Prevenir el abandono y la deserción, con políticas de estado, debería constituirse en prioridad para “no dejar a nadie atrás” (Unicef).
*Escuelas con infraestructura que asegure acceso al agua y lavabos, distanciamiento físico, conectividad, electricidad, alimentación saludable, mantenimiento constante y limpieza con desinfección.
*Personal necesario incluyendo docentes, directivos, administrativos, supervisores de carrera y maestranza.
*Protección del personal de las escuelas y alumnos y tomar todos los recaudos para posibilitar el trabajo remoto en aquellos casos que por enfermedades pre-existentes o por edad, no puedan asistir a las escuelas.
*Transporte seguro para alumnos y docentes.
*En las escuelas donde se proporcionaba comida o refrigerios antes que cerraran, planificar el restablecimiento de estos alimentos lo antes posible. (Unicef)
*Acceso a TIC y conectividad ampliando la definición del derecho a la educación para incluir la conectividad. Proveer gratuitamente los dispositivos tecnológicos y la conectividad a todos los alumnos y docentes.