El grupo «disidente de las FARC que perpetró el ataque a la brigada 30 y también atentó contra mi persona, dicen ellos que pretenden seguir con esos planes. No le tenemos miedo a ninguna de esas amenazas, ni nos amedrentan, ni nos amainan, ni nos disminuyen», subrayó el gobernante derechista, citado por medios locales y la agencia de noticias AFP.
A la vez, advirtió que debe «quedar claro que lo vamos a desmantelar por completo, lo vamos a doblegar y se hará firme la nación colombiana frente a cualquier forma de terrorismo».
Duque ha acusado en reiteradas ocasiones, pero sin pruebas concretas, al gobierno de Nicolás Maduro de dar refugio en territorio venezolano a rebeldes disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y a guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Según el mandatario, un comando de esos grupos con apoyo de un exmilitar disparó ráfagas de fusil contra el helicóptero en el que viajaba por la zona de frontera.
Ni Duque ni sus acompañantes resultaron heridos.
El Gobierno colombiano cree que el ataque fue planeado desde Venezuela por guerrilleros que se apartaron del histórico acuerdo de paz firmado en 2016 con los rebeldes de las FARC, hipótesis nunca confirmada.
Un exmilitar del ejército colombiano y tres de sus cómplices fueron detenidos por el ataque contra la aeronave, que sufrió daños menores.
Los capturados, según Colombia, también estarían detrás del coche bomba que estalló el 15 de junio en una instalación militar de la misma región fronteriza, que dejó 44 heridos.
Sin relaciones diplomáticas desde 2019, ambos países comparten una frontera de 2.200 kilómetros, frecuentemente escenario de situaciones de conflicto.
Colombia, principal exportador de cocaína del mundo, enfrenta el peor rebrote de violencia desde la firma de la paz con las FARC que, junto a la gestión de la pandemia de coronavirus, causó a Duque un desplome en la aprobación ciudadana, actualmente en los niveles más bajos de su mandato.
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