La jornada del domingo comenzó con en el Cementerio de los Elefantes con el duelo que animaron Colón de Santa Fe y Rosario Central. En el día del Superclásico, canallas y sabaleros tuvieron que madrugar para que la programación quede liberada en el horario del choque correspondiente a River y Boca en el Monumental.
A pesar de los bostezos y de la falta de costumbre, el espectáculo matutino comenzó con buen ritmo. Con Estigarribia como principal argumento para abrir el marcador para el dueño de casa y el Colorado Gil como máximo promotor del fútbol rosarino, ambos equipos generaron ocasiones tempranas para ponerse en ventaja.
Por lo tanto, cuando el volante paraguayo se esforzó con una proyección que terminó con un centro al segundo palo y el Pulga Rodríguez se asoció (con rebote defensivo a su favor) con Rodrigo Aliendro, el combinado liderado por Pablo Lavallén logró festejar el 1 a 0. El binomio importado de Atlético Tucumán fue la clave para romper con la resistencia de Ledesma y hundir a la canallada en la zona roja del descenso.
Sin embargo, cuando el descanso amenazaba con darle la tranquilidad a Colón, para que el técnico trabaje con normalidad en el vestuario, una grosera falla defensiva, que tuvo como principal responsable a Burián, le permitió a Claudio Riaño para establecer el 1 a 1 y recuperar la confianza necesaria para seguir esquivando la cornisa.
En el complemento Colón tuvo más herramientas para quedarse con los tres puntos, pero la falta de precisión y el sacrificio rosarino evitaron la conquista local. Incluso en una de las últimas escenas Ledesma se transformó en héroe para desactivar un peligroso mano a mano comandado por el Pulga Rodríguez. La igualdad le sirvió a Central para continuar con su camino en la lucha por la permanencia y evitar una derrota que hubiese complicado su futuro. Ahora el problema lo tiene Newell´s.