Un video muestra cómo la víctima clama por su vida, mientras el verdugo lo golpea con un látigo. «Este hombre será sacrificado como un perro», advierte el soldado, miembro de las tropas que ocupan el sur de Ucrania en nombre de Moscú
Soldados prorrusos ejecutaron a un supuesto traficante de drogas al estilo del Estado Islámico. Una puesta en escena cuidada, un verdugo que habla a cámara y una víctima que confiesa supuestos crímenes bajo la presión de los latigazos.
El verdugo se llama Olkhon, un ruso llegado a Ucrania desde una ciudad del centro Rusia para ayudar a las tropas que apoyan los intereses de Moscú en la ex república soviética
Las imágenes fueron grabadas con fines de propaganda en la localidad de Communar, Donetsk, en el sur de Ucrania, ocupado en la actualidad por los rebeldes que defienden los intereses del Kremlin en la ex república soviética.
El video se ha hecho viral con rapidez. Un hombre clama por su vida atado a un poste de madera con una cinta roja. A su lado, un soldado golpea su espalada con un látigo armado con cables de electricidad. La espalda del condenado está ensangrentada, evidencia de que lleva varias horas de tormento. El verdugo tiene nombre y apellido, como los que se hicieron famosos entre las filas del Estado Islámico. Se llama Olkhon y llegó a Communar desde la ciudad rusa de Novosibirsk para apoyar a los rebeldes prorrusos.
El hombre, enmascarado, habla a cámara, como un relator que da detalles del «espectáculo».
«El rodaje de películas ha comenzado. Este es el castigo a un traficante de drogas», dice Olkhon.
«¡Pare, por favor! Voy a decir lo que necesita. Voy a llamar a otro distribuidor de drogas y él llegará con las drogas», grita. El verdugo le pregunta entonces si esa frase es confesión de su propia actividad como traficante. «¡No!», grita el condenado.
El verdugo quiere saber por qué su víctima tiene el teléfono de un traficante, mientras lo azota con el látigo. «Juro que dije todo. Dios, no puedo soportarlo más, quiero vivir. ¡Por favor, por favor!», contesta el hombre.
Olkhon mira luego a cámara para dar una advertencia. «Los traficantes de drogas y adictos, que vengan aquí con nosotros. Tenemos una manera de lidiar con ellos. Vengan y los curaremos a todos», dice.
«Este hombre –agrega– será sacrificado como un perro. Vivirá hasta que deje de hablar de sus compañeros traficantes y nos haya dado toda la información. Entonces él estará muerto».
El castigo es impiadoso. «No grites tanto que vas a asustar a toda la gente alrededor. Incluso rompí mi látigo en tu espalda, inútil», grita Olkhon.
El video fue publicado por una comunidad oficial de los rebeldes prorrusos en la red social rusa VKontakte.