La decisión de Mauricio Macri de no presentarse como candidato en las próximas elecciones presidenciales abre un camino dentro de Juntos por el Cambio y permite que aparezcan otros competidores. La determinación del expresidente trajo beneficiados y perjudicados.
El principal beneficiado es el propio Mauricio Macri, porque se corre de la interna, se coloca como jefe de Juntos por el Cambio, dice no ser un líder mesiánico -se refiere indirectamente a Cristina Kirchner- y critica al Gobierno al tratar al Presidente de “marioneta”. Él se ubica por encima de la contienda electoral.
¿Por qué es el principal beneficiado? Porque Macri tiene un techo bajo. En las últimas semanas, las encuestas habían mostrado un crecimiento en la intención de voto, pero el techo del exmandatario continúa siendo bajo y hubiese sido difícil que pudiera subirlo en la campaña presidencial.
Es cierto que en las elecciones de 2019 perdió con el 41% de los votos y eso hizo ilusionar a muchos de que podía crecer a partir de ese piso, pero de alguna manera, una puja entre Macri y un candidato de Cristina Kirchner iba a ser una puja por el menos malo, por el que tuviese la imagen menos negativa.
Él no solo se coloca por encima de la compulsa electoral y sale indemne de ella, sino que como todo expresidente va a seguir teniendo peso en todas las definiciones que se determinen dentro de Juntos por el Cambio.
La principal beneficiaria de esta definición es Patricia Bullrich porque el principal electorado de Mauricio Macri se solapa con el de la titular del PRO. Ambos, tanto Bullrich como Larreta, dijeron que iban a competir si Macri se presentaba a elecciones, pero el electorado de la exministra de Seguridad y el del expresidente es muy parecido, con lo cual la decisión del expresidente la beneficia. Es sintomático que Bullrich haya sido la primera en reaccionar segundos después del video de Macri.
La puja queda centrada básicamente dentro de lo que es el PRO entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, con dos modelos muy distintos. Larreta tiene un modelo de gestión más basado en el acuerdo y más dialoguista. El jefe de Gobierno porteño mostró capacidad de gestión al frente de la Ciudad y la quiere llevar a nivel nacional.
De esta manera las PASO tendrán, por un lado, a un Larreta menos empático con la gente, pero con gran capacidad de gestión y, por otro, una Bullrich con un mensaje duro -al estilo Macri-, claro y definido, que parece estar logrando más cercanía con la gente, por ahora. Vamos a ver qué ocurre con el correr de los meses.
También aparecen otros competidores. Ya apareció en escena Miguel Ángel Pichetto, que dijo que con su agrupación Republicanos va a salir a competir en la interna, y queda por definirse si lo hará María Eugenia Vidal, quien había dicho “si Macri participa, yo me bajo”. Ante este nuevo panorama, la pregunta es: ¿se sube y empieza a tallar en esa interna?
La decisión de Macri también es beneficiosa hacia afuera de la coalición. Tenerlo a Macri como candidato facilitaba el discurso del Gobierno. Para el Gobierno era decir vuelve el liberalismo y el demonio. Al correrse de esa contienda, el Gobierno tiene que confrontar con Patricia Bullrich y Larreta, que son dos dirigentes nuevos en la lucha como candidatos presidenciales.
El Gobierno tiene menos discurso contra Patricia Bullrich. Le podrá decir mano dura, pero justamente lo que busca la gente es tener más seguridad. Es decir, se dificulta mucho el discurso del candidato del Gobierno. Era mucho más fácil confrontar con Macri que con Bullrich o Rodríguez Larreta.
La decisión de Macri se puede decir que es una decisión estratégica, que le permite preservarse a él y también beneficiar al espacio.
Fuente: tn
