Con el lema «María, guía y maestra en nuestro caminar» la comunidad de la parroquia Cristo Rey, celebró la Solemnidad de la Asunción de María. La Eucaristía estuvo presidida por el obispo Vicente Bokalic.
En esta ocasión se convocó a los devotos de la Virgen María a participar de una caravana. La columna partió desde la sede y recorrió varios barrios perteneciente a la jurisdicción parroquial.
A lo del camino, la Madre del Salvador derramó bendiciones en los vecinos residentes en el Centro, Villa Raquel, Los Lagos, Independencia, Los Naranjos, 25 de Mayo y sus distintas ampliaciones, entre otros sectores.
La caravana finalizó en el predio de la comunidad de Nuestra Señora de Itatí y San Juan Apóstol con la Santa Misa que fue presidida por el obispo Vicente Bokalic.
Con las imágenes de la Virgen María en sus advocaciones de la Asunción, Nuestra Señora de Itatí, Nuestra Señora de la Dulce Espera y la Virgen del Rosario de San Nicolás se vivió una verdadera fiesta de fe y esperanza.
En la oportunidad, el prelado santiagueño destacó, «María dijo sí a la invitación. Tras el anuncio del ángel Gabriel pensó que si venía de Dios no podía fallar. También sabía que no todo iba a ser prosperidad, porque en la vida se nos presentan tantas situaciones difíciles».
Más adelante añadió, «dio a luz a Jesús y lo acompañó. Aceptó la vida que fue un peregrinar. Siempre fue una mujer sencilla, fue discípula del Señor y dejó que su hijo la vaya formando en la fe».
El pastor de la Iglesia santiagueña subrayó que María siempre acompañó a Jesús, «incluso estuvo firme al pie de la cruz, animando a Jesús a que terminara esa obra de amor y redención. Como regalo Dios le dio la gracia de ir en cuerpo y alma con su hijo para gozar de la plenitud».
Finalmente monseñor Bokalic convocó a los fieles a rezar y confiar, «en ella -María- la que nos alcanza todas las gracias. Incorporemos a nuestra vida rezar todos los días a nuestra Madre, porque ella quiere que Jesús esté con nosotros».
Bendición de embarazadas
En el día de su celebración mensual, Nuestra Señora de la Dulce Espera visitó por primera vez a la comunidad de Itatí. Como cada 15, se impartió la bendición a las embarazadas, a los bebés recien nacidos y las parejas que esperan por el milagro de un hijo en sus vidas.
