El 2019 será un año electoral de principio a fin. El posible desdoblamiento de las elecciones provinciales que planean un grupo de gobernadores del PJ hará que el próximo año esté saturado de campañas electorales, comicios y publicidades políticas. Algunas pocas elecciones locales coincidirán con la nacional, donde se elegirá al próximo presidente.
En ese camino hacia los comicios, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, es el dirigente que más levantó el perfil en los últimos meses y el que, sin decirlo públicamente, dejó a la luz sus intenciones de ser el candidato a presidente del peronismo. Sin reelección en su provincia, el mandatario apostará todas sus fichas a un proyecto presidencial.
El último martes el salteño dio una clara señal de cual es el camino que piensa seguir. Brindó un discurso con tono electoral en un encuentro organizado por la revista M21 y le pidió a los dirigentes del peronismo «volver a enamorar a los argentinos». El acto le sirvió a Urtubey para romper el molde discursivo que mantenía en el último tiempo y así exponer en público sus claras intenciones de ser candidato el próximo año. Cuando se refirió a las elecciones utilizó una frase corta y contundente: «Vamos a trabajar y la vamos a ganar».
Los legisladores peronistas que ven en Urtubey una opción competitiva tomaron con agrado el mensaje del gobernador, pero creen que debe despegarse cada vez más del gobierno nacional y de la figura de Mauricio Macri. El salteño mantiene su estrategia y lanza críticas hacia el oficialismo con la frecuencia que considera necesaria. Después del Mundial su tono electoral aparecerá más seguido. Comenzará el momento de diferenciarse con mayor decisión.
La mayoría de los gobernadores peronistas apostará a reelegir en sus provincias en el 2019. Algunos de los que se anotan en esa lista son Sergio Uñac (San Juan), Juan Manzur (Tucumán), Juan Schiaretti (Córdoba), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Domingo Peppo (Chaco). En ese escenario, la competencia interna en el peronismo disminuye y las posibilidades de Urtubey de posicionarse como una opción aumentan.
Sergio Massa y Florencio Randazzo, quienes construyeron una alianza en territorio bonaerense y comenzaron a trabajar junto al esquema del peronismo federal, aún no mostraron sus cartas. Ellos se podrían convertir en competidores del salteño en un futuro, pero ambos cultivan el bajo perfil y prefieren dejar correr los días para comenzar a dar definiciones sobre el provenir personal y el proyecto político del que quieren participar.
El dirigente de Chivilcoy suele manejarse con mucha cautela en el tiempo preelectoral. Así lo demostró el último año, cuando mantuvo un extenso silencio antes de confirmar públicamente su candidatura. El líder del Frente Renovador está animado con participar del nuevo tiempo del peronismo pero trabaja el armado detrás de los micrófonos y las cámaras. En su cabeza está la idea de ser candidato y competir en una PASO dentro del peronismo. Una interna peronista sin el kirchnerismo.
El gobernador sanjuanino Sergió Uñac se convirtió, luego del triunfo que logró en las elecciones legislativas, en uno de los nombres propios con más futuro dentro del peronismo. Tentado por varios dirigentes para que sea candidato en el 2019, Uñac prefiere abocarse a consolidar su poder en San Juan. Imagina que el tiempo de dar un paso más en su proyección política será algunos años más adelante.
El otro nombre que suena con fuerza en el peronismo es el de Juan Schiaretti. El gobernador de Córdoba es uno de los referentes del esquema que está en plena construcción. Cerca del mandatario admiten que la prioridad del peronismo cordobés es conservar la gobernación de la provincia, una señal de que apostará a continuar su mandato por cuatro años más.
Frente a ese escenario, Urtubey se abre paso en las filas del peronismo y comienza a consolidarse como una alternativa posible para representar al espacio que poco a poco construye una identidad. Un esquema que buscará aumentar su volumen con actividades en diferentes sectores del país y que, según marca Pichetto, uno de sus promotores, debe expresar «un capitalismo moderno».
Urtubey juega con el reloj de arena en sus manos. No quiere pecar de apresurado ni perder tiempo en la construcción del proyecto político que ambiciona liderar. Intenta profundizar en simultáneo sus diferencias con el gobierno nacional y con el kirchnerismo, buscando fortalecer una tercera vía que represente al peronismo federal y que tenga sustento dirigencial en todas las provincias del país. Para eso tiene planeado recorrer el interior y estrechar lazos con partidos provinciales.
Está convencido de colaborar en la construcción de un armado político sin el kirchnerismo.
Esa es la mayor certeza que tiene. Ni siquiera considera que el peronismo de los gobernadores tenga que forjar una fórmula que compita con el espacio que lidera Cristina Kirchner. Esa posición tiene el respaldo de un núcleo duro de legisladores de Argentina Federal, quienes trabajan sin dar nombres pero con la certeza de que el salteño es el único dirigente que expone públicamente sus intenciones.
El razonamiento que hace el gobernador de Salta es que si la fórmula que represente al peronismo gana una PASO nacional ante una fórmula kirchnerista, pero pierde en la de la provincia de Buenos Aires, cuando el espacio deba armar la lista de legisladores bonaerenses, y en ese camino pueda ser utilizado el sistema D´Hont, esta podría estar encabezada por nombres muy representativos del espacio K. Entonces, considera, las identidades volverán a amalgamarse y la propuesta frente a la sociedad tendrá una porción de kirchnerismo.
Los tiempos se acelerarán después del Mundial de fútbol en Rusia. Los últimos meses del año serán determinantes para el proyecto que tiene en la cabeza el salteño. Para ese entonces espera que la estructura del peronismo federal esté más solidificada. Ese esquema será el que sostenga un candidato el año que viene, cuando el peronismo lance el operativo para regresar al poder.
Fuente: infobae
